Los automovilistas estadounidenses deben prepararse para un aumento en los precios de la gasolina debido a los planes de la administración entrante de Trump de aplicar aranceles a las importaciones de productos de Canadá y México.
Juntos, Canadá y México suministran siete de cada diez barriles de petróleo que importa Estados Unidos. La mayoría de ellos se destinan a productores de combustible del Medio Oeste y algunos también se dirigen al mayor centro de refinación de petróleo del mundo, en la Costa del Golfo.
A principios de esta semana, el presidente electo Donald Trump dijo que se dispone a imponer un arancel del 25 por ciento a “TODOS los productos” de Canadá y México.
Los costos adicionales harían subir los precios de la gasolina en el Medio Oeste hasta 50 centavos por galón durante la temporada alta de conducción en el verano, dijo Patrick De Haan, jefe de análisis de petróleo en GasBuddy.
Los planes comerciales de Trump contrastan con otro objetivo que se ha fijado el presidente entrante: reducir los costos internos de la energía y bajar el precio de la gasolina por debajo de los 2 dólares el galón.
“No es una situación agradable”, dijo De Haan en una entrevista telefónica. “De hecho, es contraria a las posturas de Trump sobre la desregulación de la industria petrolera y es muy negativa para las refinerías”.
Canadá y México, principales socios comerciales de EU en materia de energía
El riesgo de un aumento de los precios pone de relieve la dependencia que sigue teniendo Estados Unidos de las importaciones de petróleo crudo que se utiliza para fabricar gasolina y diésel. Ni siquiera las promesas de Trump de " fracturar, fracturar y fracturar " las áreas de esquisto de Estados Unidos contribuirían mucho a aliviar esa situación.
La producción nacional consiste principalmente en un tipo de crudo conocido como petróleo ligero dulce, pero las refinerías del país necesitan una variedad conocida como crudo pesado para producir combustible. Lo anterior demuestra que aunque la producción petrolera estadounidense se ha disparado a niveles récord, el país sigue necesitando importaciones.
Los aranceles renovarían los temores de inflación y potencialmente podrían afectar duramente a los productores de combustible estadounidenses en un momento en que los márgenes están disminuyendo, lo que representa un cambio con respecto a años anteriores, cuando una pandemia y la invasión rusa de Ucrania sacudieron los mercados e impulsaron las ganancias.
“Canadá y México son nuestros principales socios comerciales en materia de energía y mantener el libre flujo de productos energéticos a través de nuestras fronteras es fundamental para la seguridad energética de América del Norte y para los consumidores estadounidenses”, dijo Scott Lauermann, portavoz del Instituto Americano del Petróleo, el grupo comercial más grande de la industria petrolera estadounidense.
Poco probable que se impongan aranceles a las importaciones de petróleo
Entre los mayores compradores están BP PLC, Exxon Mobil Corp. y la principal refinería estadounidense Marathon Petroleum Corp. La lista también incluye a la petrolera estatal mexicana Pemex y Motiva de Saudi Aramco, ambas propietarias de refinerías en Texas.
Las refinerías del Alto Medio Oeste, conocidas como el mercado PADD 2, obtienen alrededor del 75 por ciento de su crudo de Canadá y serían las más afectadas si Trump cumple su amenaza, dijo Bob McNally, presidente de Rapidan Energy Group y asesor de la administración de George W. Bush.
“Canadá y las refinerías PADD 2 están inextricablemente vinculadas, con pocas opciones para desviar y sustituir”, dijo McNally en una entrevista. Rapidan le asignó un 25 por ciento de probabilidades a que Trump siga adelante con los planes que anunció esta semana.
Según David Oxley, economista de materias primas de Capital Economics, es poco probable que se impongan aranceles a las importaciones de petróleo crudo. Pero si así fuera, “probablemente darían lugar a una menor producción de petróleo en Canadá y México, un aumento de los precios de la gasolina en Estados Unidos y podrían conducir a un ajuste del mercado petrolero mundial a mediano plazo”, afirmó en un informe.