La Policía de Madison (Wisconsin, EU) dijo este martes que investiga un posible documento tipo “manifiesto” de la adolescente que ayer cometió un tiroteo en una escuela cristiana y los motivos de su ataque, en el que mató a otro alumno y a un profesor antes de suicidarse.
El Jefe del Departamento de Policía de Madison, Shon Barnes, indicó en una rueda de prensa que la investigación del suceso se centra ahora en aclarar la “combinación de factores” que movieron a la autora del crimen y en verificar un “manifiesto” que circula en las redes sociales, supuestamente con sus explicaciones.
Barnes identificó ayer por la noche a Natalie Rupnow, de 15 años, estudiante de la escuela cristiana Abundant Life de Madison, como la autora del tiroteo, en el que además de matar a otras dos personas dejó heridas a seis, dos de ellas aún en riesgo de muerte y cuyo estado “no ha cambiado”. Los tiroteo masivos en EU son cometidos en menor medida por mujeres.
En su actualización de hoy, el jefe de policía dijo que están intentando “verificar el documento que se ha visto en internet al que algunos se refieren como manifiesto”, y pidieron al público no compartirlo en redes sociales por prudencia.
Todo indica que Rupnow actuó por “una combinación de factores”, agregó Barnes, y las autoridades están “hablando con los estudiantes para entender si el ‘bullying’ (acoso escolar) fue uno de esos factores”.
Respecto a la cuestión de si la atacante se dirigió específicamente a las víctimas, declaró que “todo el mundo fue atacado en este incidente, y todo el mundo fue puesto en peligro por igual”.
Aseguró que “siempre hay señales de un tiroteo escolar antes de que ocurra”, por lo que las autoridades están examinando la actividad de la atacante en internet y ha pedido ayuda a quienes la conocieran por si tenían “ideas sobre sus sentimientos que la llevaron a lo de ayer”.
Por otra parte, Barnes dijo que tras el tiroteo en Abundant Life, otras escuelas de la zona han recibido falsas amenazas (“swatting”) que se están investigando, ya que se trata de un delito.
Estados Unidos se ha habituado a convivir con masacres escolares sin que se hayan aprobado medidas efectivas a nivel federal para prevenirlos.
Veintiséis estudiantes y profesores fueron asesinados en un tiroteo en la escuela primaria Sandy Hook en Connecticut en 2002; en 2022 en un instituto de Uvalde (Texas) murieron 21; o en 2018, en Parkland (Florida), el balance de muertos fue de 17.