El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una acción ejecutiva que restablece la llamada “Política de la Ciudad de México”, dando una victoria temprana y esperada a los opositores al derecho de las mujeres al aborto que ayudaron a impulsar su regreso al poder.
La Casa Blanca anunció la medida este viernes, el mismo día en que se celebró la “Marcha por la Vida” en el National Mall de Washington, una importante reunión de gente en contra del derecho al aborto. Trump se dirigió al grupo a través de un mensaje de video y el vicepresidente JD Vance asistió en persona.
Según la “Política de la Ciudad de México”, las organizaciones internacionales sin fines de lucro deben certificar que no brindan ni promueven servicios o asesoramiento sobre aborto (utilizando fondos de ninguna fuente) para seguir recibiendo dinero federal de Estados Unidos.
El estatus de esta política depende invariablemente del partido que ocupe la Casa Blanca. Fue promulgada por el presidente republicano Ronald Reagan y, en las décadas posteriores, fue derogada repetidamente por presidentes demócratas y restablecida por funcionarios republicanos. Trump la restableció y amplió durante su primer mandato, y Joe Biden la derogó nuevamente.
Durante su primer mandato, Trump amplió la política para aplicarla al Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del SIDA, la salud materna e infantil y otros programas estadounidenses.
Trump también firmó otra acción relacionada para reafirmar la Enmienda Hyde, una política que se remonta a 1977 y que prohíbe el uso de dinero federal para la atención del aborto.
El aborto es un tema sobre el que Trump tuvo problemas con su mensaje durante la campaña de 2024, en su intento de conservar su apoyo entre los conservadores religiosos que lo ayudaron a llegar a la Casa Blanca y cortejar a las mujeres moderadas y suburbanas enojadas por la ola de restricciones tras la revocación del caso Roe v. Wade por parte de la Corte Suprema. Trump nominó a tres de los jueces conservadores que derogaron las protecciones federales para el derecho al aborto para las mujeres estadounidenses.
El ala derecha del Partido Republicano y los conservadores religiosos han presionado para que se prohíba estrictamente el aborto a nivel nacional. Trump ha dicho que apoya las excepciones para las mujeres que buscan abortar en casos de violación, incesto y cuando la vida de la madre está en riesgo. Ha dicho que no firmaría una prohibición nacional del aborto, pero también ha sugerido que permitiría a los estados monitorear los embarazos de las mujeres para ayudar a hacer cumplir las restricciones locales sobre la atención reproductiva.
Antes de la marcha, Trump indultó a casi dos docenas de personas que fueron condenadas por bloquear el acceso a clínicas de aborto.
“Serán liberados y saldrán muy pronto”, dijo Trump el viernes por la mañana antes de un viaje a Carolina del Norte y California. “Fue vergonzoso”.
A principios de esta semana, Trump también firmó una orden ejecutiva que retira a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Durante la marcha antiaborto de Washington este viernes, Trump se comprometió con esa lucha: “En mi segundo mandato, volveremos a defender con orgullo a las familias y los derechos de los no nacidos, protegiéndolos de los ataques de la izquierda radical contra las iglesias”, les dijo en un video.
Desde que fue revocado el Roe vs. Wade, que velaba por los derechos reproductivos de las mujeres estadounidenses, el aborto es ilegal o está severamente restringido, sin excepciones para casos de violación o incesto, en 23 de los 50 estados de Estados Unidos, según el Center for Reproductive Rights (CRR), una organización que defiende el derecho al aborto.
Con información de EFE.