El acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, mediante el restablecimiento de relaciones diplomáticas luego de 53 años, anunciado la semana pasada por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, abre la posibilidad para nuestro país de lograr un acuerdo limítrofe y energético con ambos vecinos que garantice certidumbre y seguridad legal sobre los recursos de hidrocarburos existentes en el Golfo de México, destacaron especialistas consultados por El Financiero.
"Se trata, sin duda, de un gran avance para concretar el acuerdo que requieren en cuanto a la delimitación de las fronteras marinas y el aprovechamiento de los hidrocarburos de manera segura para cada parte", dijo José Eusebio Salgado y Salgado, experto en derecho marítimo, aunque apuntó que las negociaciones no serán rápidas ni sencillas.
Primero, explicó, se tendrían que fijar las fronteras en la Plataforma Continental y posteriormente se buscaría un convenio trilateral para la exploración y explotación de los recursos que se encuentren justo en esa zona.
Después de este proceso, comentó, el siguiente paso sería declarar una moratoria que impida la exploración y explotación unilateral de yacimientos en la zona común del Golfo de México, similar a la que nuestro país mantuvo con EU por más de diez años antes de alcanzar en 2012 un acuerdo petrolero.
El miércoles, en su llamada telefónica al presidente Enrique Peña Nieto para detallar la dimensión de las conversaciones diplomáticas con La Habana, el vicepresidente norteamericano, Joe Biden, ofreció la ayuda de su gobierno para delimitar las fronteras.
México y la isla buscan desde hace meses formalizar con un acuerdo la carta de intención no vinculante que Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Unión Cuba Petróleo (Cupet) firmaron en abril de 2012, estableciendo el compromiso de estudiar opciones para que la primera empresa participe en la exploración y explotación de crudo en la parte cubana del Golfo de México, también fronteriza con EU.
Pemex ya tiene intereses en La Habana, por medio de su participación de 9.49 por ciento en la firma hispano argentina Repsol-YPF.
"Sabemos que es del interés de Cuba el tema energético y eventualmente si hay campo para la cooperación bilateral en cuanto a yacimientos transfronterizos se refiere, pero las negociaciones podrían extenderse más allá de 2018", indicó a Reuters el subsecretario para América del Norte de la cancillería, Sergio Alcocer.
La zona económica exclusiva de Cuba tiene 112 mil kilómetros cuadrados y se fijó en 1977, al pactarse las fronteras marinas con EU y México ––que requerirían delimitarse nuevamente por la pretensión de los tres países de ampliar su Plataforma Continental, mediante el reconocimiento de la comisión respectiva de Naciones Unidas–– y Cupet considera que los recursos recuperables ascenderían a 20 mil millones de barriles de crudo.
Estudios del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales sostienen que es urgente consolidar acuerdos en la materia, para que nuestro país no pierda los recursos que le corresponden.
Un elemento fundamental en toda negociación que se realice sobre yacimientos transfronterizos compartidos, indica, es establecer que el área donde se encuentren no es, en sentido jurídico, territorio nacional, por lo que cualquier decisión que se tome en torno a su explotación no aplica respecto a los que se hallan dentro de la jurisdicción exclusiva del Estado mexicano.
Pese a las expectativas creadas por el potencial petrolero cubano, en 2012 los pozos perforados en aguas profundas por empresas de España, Noruega, India, Malasia, Rusia y Venezuela no arrojaron buenos resultados, situación que se suma a las dificultades que enfrenta actualmente la industria.