Mundo

El otro problema de Clinton: los "deplorables"

Las declaraciones de la candidata demócrata a la presidencia de que la mitad de los seguidores de Trump son "deplorables" ha provocado una reacción adversa.

Bob Polansky, que lleva medio siglo trabajando en la Planta de Lordstown de General Motors cerca de Youngstown, Ohio, se considera parte del tejido social estadounidense y en absoluto deplorable.

A los 73 años, se describe a sí mismo como un independiente que votó tanto por Ronald Reagan como por Barack Obama, pero que no está contento con sus opciones para presidente este año.

Polansky viene inclinándose a favor del republicano Donald Trump. Hillary Clinton lo empujó más en esa dirección cuando calificó a los simpatizantes de Trump de "un canasto de deplorables".

"Nos pone en la categoría de que no sabemos nada, que somos tontos y que ella sabe lo que es mejor para nosotros", dijo Polansky. "Yo sé qué es mejor para mi familia; Hillary no".

Polansky es el tipo de elector que codician ambas campañas: clase trabajadora, de un estado indeciso, con redes de amigos, compañeros de trabajo y familiares sobre los que pueden tener influencia.

Es algo particularmente cierto en Ohio, el estado natal de Polansky, que según las encuestas puede ser el más reñido de los estados disputados en juego.

Trump está avanzando con avisos televisivos y discursos para aprovechar el resentimiento que está fermentando en esos votantes a raíz de los comentarios de Clinton, que fueron parte de una improvisación en un evento para recaudar fondos el viernes por la noche en Nueva York.

La candidata demócrata dijo a un público sonriente y aquiescente integrado por donantes como la cantante Barbra Streisand, que "la mitad de los simpatizantes de Trump se puede poner en lo que yo llamo el canasto de los deplorables".

Los describió como "racistas, sexistas, homofóbicos, xenófobos, islamo-fóbicos, lo que quieran".

Si bien continuó caracterizando a otros seguidores de Trump como los que se sienten impotentes, dejados de lado por la economía y desesperados por un cambio, la reacción fue inmediata.

A las pocas horas, Clinton trató de replegarse, pero no de rectificar su declaración diciendo que se había equivocado al calificar de esa manera a la "mitad" de los simpatizantes de Trump. Redirigió su crítica hacia el propio Trump por apelar al fanatismo y aceptar el apoyo del movimiento blanco nacionalista 'Derecha Alternativa'.

La controversia fue temporalmente marginada por otra derivada de las dudas acerca de la salud de Clinton y el hecho de no haber revelado que le habían diagnosticado una neumonía.

El lunes, Trump la revivió. Su campaña anunció un spot publicitario con un costo de 2 millones de dólares que presenta filmación del comentario sobre los deplorables.

Salió al aire el lunes en la TV abierta y por cable y se transmitirá esta semana en Ohio, Pensilvania, North Carolina y Florida.

"¿Sabe qué es deplorable? Hillary Clinton demonizando despiadadamente a gente que trabaja como usted", dice la voz del narrador en el aviso.

Haciendo campaña en Baltimore el lunes, Trump dijo que Clinton estaba "atacando a los estadounidenses que no tienen ningún poder político" y demostraba desprecio por la gente que "apenas gana para vivir".

El candidato republicano dijo que su rival actuaba con el "mismo sentimiento de arrogancia y privilegio" que derivó en dudas sobre su correo electrónico y las prácticas de su fundación familiar cuando era secretaria de Estado.

"Divide a las personas en canastos como si fueran objetos, no seres humanos", dijo.

También lee: