Entre la luz y la sombra, el papa Francisco cumple hoy cuatro años al frente de la Iglesia Católica. Su posición por una religión cercana a los pobres, al cuidado del medio ambiente y al desprendimiento, se topa con los casos de pederastia, la corrupción y las reformas que no avanzan con la urgencia que demanda una fe que pierde creyentes en el mundo.
La baja en el predominio del catolicismo es una tendencia que se agrava en América Latina, así lo señala un estudio sobre religiones publicado por la Corporación Latinobarómetro, según el cual, entre 1995 y 2013, la población que declaró pertenecer a esa religión y que vive en alguno de los 18 países latinoamericanos, disminuyó de 80 a 67 por ciento, aunque con Francisco ser católico se ha vuelto a poner de moda, incuso en lugares donde los cristianos son minoría, como el norte de África o en Oriente Medio.
En el plano internacional, el mayor éxito de Francisco ha sido su mediación para el deshielo entre Estados Unidos y Cuba, tras más de 50 años de un conflicto diplomático entre ambos países.
En lo interno, Francisco lleva a cabo un proceso de descentralización en el gobierno vaticano que externaliza algunas competencias a las iglesias locales, mientras que en el ámbito económico, ha creado un Consejo y una Secretaría de Estado de Economía y ha pedido un análisis a una consultoría externa para mejorar la gestión de los órganos administrativos y económicos de la Santa Sede. En este sentido, según el último balance presentado por el Vaticano, registró en 2015 un déficit de 12.4 millones de euros, que se ha logrado con recortes de gastos superfluos de la Curia y los distintos dicasterios.
Ha batido, también, el récord de santos canonizados --833 en total--superando los 482 a lo largo de los 26 años de pontificado de Juan Pablo II. Además, ha realizado 17 viaje apostólico internacionales y 12 en Italia.
Fue el 13 de marzo de 2013 cuando el desconocido cardenal argentino, Jorge Mario Bergoglio Sívori, fue elegido para dirigir la Iglesia Católica como el primer Papa no europeo y el primero latinoamericano. Su elección siguió a 35 años de enseñanza clara, sólida y ortodoxa bajo los pontificados de San Juan Pablo II (1978-2005) y Benedicto XVI (2005-2013), quien renunció a su cargo, convirtiéndose en el primer Papa en hacerlo en casi 600 años.
Jorge Mario eligió llamarse Francisco, en honor a Francisco de Asís y su principio de "querer una Iglesia pobre y para los pobres".
El pontífice sigue despertando un gran fervor popular, con su lenguaje afable, que conecta con los más humildes, aunque eso no ocurre con la Curia romana, el poderoso gobierno central, con la que ha tenido duros enfrentamientos, mostrando su rostro más duro y autoritario.
Uno de los focos de la molestia se centra en la exhortación apostólica "Amoris Laetitia", en el cual se sugiere que algunos católicos divorciados vueltos a casar podrían acceder a la comunión, algo hasta ahora vetado por la Iglesia. Aunque puso en marcha una Comisión para la protección de la infancia, la pedofilia sigue siendo una espina clavada en el pontificado de Francisco, que comienza su quinto año entre luz y sombras.