GUATEMALA.- En una votación histórica, 132 parlamentarios del Congreso de Guatemala votaron para retirarle la inmunidad judicial que amparaba al presidente del país, Otto Pérez Molina, de una investigación de corrupción por un masivo fraude fiscal, que ya puso en la cárcel a su Vicepresidente.
La votación, ocurrida hace unos minutos, no ha sido por el momento controvertida por el Pérez Molina, quien tampoco se ha pronunciado sobre el tema. En las afueras de la sede del Congreso, cientos de personas celebraron la medida y se escucharon juegos pirotécnicos.
Fueron los guatemaltecos los que permitieron la votación del retiro de la inmunidad y formaron una valla humana para que los disputados pudieran entrar al recinto legislativo debido a que algunas d las entradas habían sido bloqueadas por simpatizantes del mandatario.
"Fue algo impresionante que la misma población llegó e hizo una cadena humana y un corredor para que pudiéramos pasar, me impresionó que le dieron una rosa blanca, nos protegieron de las agresiones de los sindicalistas que fueron acarreados para que no pudiéramos pasar", dijo el diputado opositor Leonel Lira, que es uno de los 127 diputados que ingresó al edificio legislativo.
Una pequeña bandera de Guatemala en cada curul y carteles improvisados donde se lee #soyvoto105 se puede observar dentro del hemiciclo.
El Congreso necesita los votos de 105, de los 158 diputados al Congreso para discutir y decidir si le retira o no la inmunidad a Pérez Molina.
GUATEMALTECOS FESTEJAN DECISIÓN
Los guatemaltecos festejaron con quema de cohetes y con el himno nacional el desafuero del presidente Otto Pérez Molina, quien tras la resolución del Congreso en su contra insistió en que no renunciará y afrontará el proceso legal que se le sigue.
"Sí se pudo, sí se pudo", corearon decenas de guatemaltecos ante la entrada principal del Palacio Nacional de la Cultura, exsede del gobierno de Guatemala, en la Plaza de la Constitución, centro histórico de la ciudad.
En una ruidosa algarabía, los manifestantes corearon consignas contra el gobierno y la corrupción entre sonidos de tambores, silbatos y trompetillas y el intermitente estruendo de la quema de cohetes.
De vez en vez guardaron silencio para entonar, solemnes, las notas del himno. La ruidosa manifestación ante el Palacio Nacional, emblema del poder nacional, se mantuvo hasta la noche y pese a una lluvia más o menos intensa.