El presidente venezolano, Nicolás Maduro, quedó envuelto este miércoles en un gran escándalo, luego de que la empresa que suministró la tecnología para la elección de su Constituyente asegurara que el dato de participación fue "manipulado" en al menos en un millón de votos.
A pocas horas de que Maduro juramente a los asambleístas elegidos el domingo, la compañía SmartMatic afirmó que gracias a las seguridades de su sistema pudo determinar, "sin lugar a dudas, que en las pasadas elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente hubo manipulación del dato de participación".
El poder electoral aseguró que en la votación participaron más de ocho millones de personas, pero la oposición sostiene que apenas hubo unos tres millones, por lo que denuncia "el mayor fraude en la historia" del país.
"Estimamos que la diferencia entre la cantidad anunciada y la que arroja el sistema es de al menos un millón de electores", dijo SmartMatic, que dio soporte a los procesos electorales venezolanos entre 2004 y 2015, incluida la elección de Maduro en 2013 por estrecho margen sobre el opositor Henrique Capriles.
"Para conocer con exactitud la participación debería hacerse una auditoría más extensa del sistema de recuento", advirtió no obstante el presidente de Smartmatic, Antonio Múgica Múgica, en una rueda de prensa en Londres.
El escándalo estalló en medio del rechazo de la oposición y de la comunidad internacional a la Constituyente, que la consideran una amenaza a la democracia.
Los 545 asambleístas, que integrarán este suprapoder por tiempo indefinido, tomarán juramento este miércoles en un acto en el Poliedro de Caracas, centro de eventos en el suroeste de la capital, y se espera que se instalen el jueves en el Palacio Legislativo.
Elegida el pasado domingo en medio de manifestaciones violentas que dejaron una decena de muertos, la Constituyente sesionará en el Salón Elíptico del Palacio Legislativo, en cuyo hemiciclo debate el Parlamento, de mayoría opositora, lo que hace temer enfrentamientos.
La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) llamó a sus seguidores a marchar el jueves en Caracas, contra la instalación.
Desde que la oposición tomó el control del Congreso en enero de 2016, simpatizantes del Gobierno irrumpieron con violencia dos veces; en la última de ellas hirieron a siete diputados opositores.
La instalación se hará en medio de fuertes tensiones con Estados Unidos y la condena internacional que desató el encarcelamiento el martes de los opositores Leopoldo López y Antonio Ledezma, alcalde de Caracas, quienes guardaban arresto domiciliario.
El presidente estadounidense, Donald Trump, quien responsabilizó a Maduro de la salud y seguridad de ambos dirigentes, fustigó la noche del martes las acciones de lo que llama "dictadura" venezolana.
"Yo lo dije: llueva, truene o relampaguee, la Constituyente va. En las próximas horas empezará a ejercer su poder absoluto, plenipotenciario", dijo Maduro, a quien Washington impuso el lunes sanciones financieras y jurídicas por llevar adelante su iniciativa, rechazada por 72 por ciento de los venezolanos.
¿CACERÍA DE BRUJAS?
Venezuela, que sufre una severa crisis económica, entró en una nueva etapa de conflicto con la proyectada reforma de la Carta Magna de 1999 impulsada por el presidente Hugo Chávez, fallecido en 2013.
Maduro sostiene que la Constituyente promoverá la paz y el diálogo en este país convulsionado por protestas opositoras que dejan unos 125 muertos desde que iniciaron hace cuatro meses.
Pero la oposición, que rechazó participar, no la reconoce y asegura que fue propuesta por Maduro para perpetuarse en el poder e instaurar un modelo comunista.
Líderes oficialistas, como el poderoso Diosdado Cabello -quien podría presidir la Constituyente-, han anunciado la posible disolución del Parlamento y la reforma de la Fiscalía.
La fiscal general, Luisa Ortega, una chavista que se convirtió en la mayor crítica del Gobierno, denuncia que Maduro tiene "ambición dictatorial" y dijo estar segura de que irán por su "cabeza".
Pero en entrevista con la AFP, la excanciller Delcy Rodríguez, ahora constituyente, descartó una cacería de brujas.
"DÉBIL, PRIMITIVO Y PELIGROSO"
Maduro asegura que la Constituyente reforzará además el poder comunal para profundizar el socialismo y tomará medidas que acaben con la dependencia del petróleo, fuente del 96 por ciento de los ingresos del país.
Además, elevará a rango constitucional los programas sociales, el control de precios contra la inflación y la distribución de alimentos subsidiados, en grave escasez.
Pero la oposición sostiene que Maduro, con rechazo del 80 por ciento según Datanálisis, buscará postergar las elecciones.
La próxima semana vence el plazo para la inscripción de candidatos a los comicios regionales de diciembre, pero todo depende de las decisiones de la Constituyente.
"Veremos ahora si los radicales de ambos lados son tan fuertes como dicen (...). veremos un país mucho más débil, primitivo y peligroso, que terminará haciendo después lo que antes hubiera evitado mucho dolor: negociar, pero en peores condiciones", aseguró el analista Luis Vicente León.
Maduro convocó a la Constituyente sin consulta previa a los venezolanos, como sí ocurrió en 1999, aunque propuso un referendo para aprobar la nueva Carta Magna.
No se sabe, sin embargo, cuándo será. Por lo pronto, prometió Cabello, volverán al Palacio Legislativo los retratos de Chávez que sacó la oposición cuando tomó el control del Parlamento en enero de 2016.
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