DETROIT.- El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, prometió "la mayor revolución fiscal en el país desde el expresidente Ronald Reagan", con una importante rebaja en los impuestos, acabar con la regulación económica masiva e impulsar un marcado proteccionismo comercial.
Después de una desastrosa semana entre enfrentamientos con los líderes del Partido Republicano y el desplome de su popularidad en las encuestas preelectorales, el magnate presentó ayer en Detroit, símbolo del declive industrial de la Unión Americana, su plan económico con el que se ofreció como el salvador de la clase media trabajadora.
"Tengo un objetivo fundamental, quiero que los trabajos y la riqueza se queden en Estados Unidos; coches estadounidenses viajarán en nuestras carreteras, aviones estadounidenses conectarán nuestras ciudades y barcos estadounidenses patrullarán nuestros mares. El acero estadounidense levantará nuevos rascacielos y serán trabajadores estadounidenses quienes se contraten. El americanismo, y no la globalización, será nuestro credo", aseguró el magnate neoyorquino, en medio de repetidos abucheos que interrumpieron su discurso por lo menos en 14 ocasiones.
Se comprometió a reducir de 35 a 15 por ciento, la tasa de impuestos a las empresas nacionales, así como lograr la desgravación de los gastos por el cuidado de hijos y la rebaja del impuesto individual de ingreso.
También insistió en que de llegar a la Casa Blanca, inmediatamente sacaría a Estados Unidos del acuerdo comercial Transpacífico (TPP), pactado con otras naciones del Pacífico, y renegociaría el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN), sellado con México y Canadá hace dos décadas.
Trump dijo además que quiere simplificar el código tributario al reducir sus actuales siete niveles a tres: 12, 25 y 33 por ciento, sobre los ingresos. Su propuesta inicial era de cuatro niveles: cero, 10, 20 y 25 por ciento.
LOS CULPABLES
El magnate aprovechó su paso por la otrora joya automotriz estadounidense para mezclar ataques a su rival demócrata, Hillary Clinton, y al actual presidente, Barack Obama, a los que culpó de enviar los trabajos de la entidad al exterior. "El rasgo común en cada una de las ideas de Hillary Clinton es que lo castiga a uno por trabajar y hacer negocios en Estados Unidos", dijo Trump y agregó que lo que él busca es "darle un empujón al país, que ni siquiera será muy difícil".
"La ciudad de Detroit es un ejemplo vivo de la agenda económica fracasada de mi oponente. Ella apoya impuestos altos y una regulación radical que ha expulsado los empleos de esta comunidad", subrayó.
Hillary Clinton respondió asegurando que el plan financiero de Trump, sólo beneficiará a las élites económicas del país y reiteró que el magnate sería un peligro para la nación.