Aunque el transporte público no es un foco de contagio del COVID-19, el sector perdió alrededor de 400 millones de dólares al mes, debido a que por la pandemia su uso se redujo de entre el 60 y el 90 por ciento, alertó la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM).
Señaló que, de acuerdo con expertos y con informes del Banco Mundial, el transporte público no representa un riesgo de contagio de COVID-19, pues aunque vaya al máximo de su capacidad, los usuarios permanecen poco tiempo y normalmente no dialogan entre sí, además de que no existe evidencia científica que respalde viabilidad de infección.
Indicó que así lo señaló el brasileño Roberto Sganzerla en la mesa titulada “Las necesidades de los usuarios, comunicación y marketing clave para la recuperación del sector”, presentada durante la realización del 12 Congreso Internacional de Transporte (12°CIT), donde expuso que este medio de movilidad es seguro, siempre que se sigan las normas sanitarias.
En un foro con legisladores federales, agregó que, desde el comienzo de la pandemia, las empresas de transporte han implementado medidas de seguridad, por lo tanto el transporte colectivo operado con protocolos y los pasajeros haciendo su parte, generan que sí puede ser un medio seguro de movilidad urbana.
Para reforzar sus dichos, dijo, el experto se refirió al informe del Massachusetts Institute of Technology y la Universidad de Oxford, el cual sugiere que lugares como el transporte público, incluso con alta ocupación, presenta bajo riesgo de contagio.
“El transporte público, al ser operado con protocolos de seguridad, no representa riesgos de transmisión del COVID, no somos el problema, incluso una alta ocupación representa un bajo riesgo debido a las características del servicio”, recalcó.
En la mesa de diálogo, moderada por Eugenio de la Cruz, responsable de Comunicación Social de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), Laura Salazar Correa, especialista en estudios políticos en Colombia, señaló que el transporte público es el eje esencial de la economía de las ciudades, por lo que realizar prácticas de bioseguridad es fundamental para la seguridad y bienestar de las personas.
El sector del transporte, dijo, tiene el papel fundamental en la reactivación económica y en la reincorporación a la nueva normalidad debido a la pandemia, ahí la comunicación social cumple el rol de integrar a todos los sectores para dar un adecuado mensaje.
Valeska Peres Pinto, coordinadora del programa de buenas prácticas de la UITP, señaló que hay una realidad de la cual no nos podemos alejar: según el Banco Mundial el sector y los operadores de transporte público tuvieron pérdidas cercas a 400 millones de dólares al mes, porque hubo una reducción de 60-90 por ciento en el uso de transporte público ante la reducción de las actividades económicas y el temor a viajar de los pasajeros.