Hace siglo y medio, esta localidad se dedicaba a las milpas, a la siembra de maíz, frijol y tomate. Hoy es el municipio más rico del país y de América Latina. Es como Suiza. Es una ciudad cosmopolita que aloja a las más importantes corporaciones nacionales e internacionales, escuelas, hospitales y galerías privadas con el más alto prestigio.
Con apenas alrededor de 126 mil habitantes, San Pedro Garza García alcanza un ingreso bruto de mil 727 millones 801 mil 714 pesos, lo que quiere decir que, en promedio, el municipio ingresa por habitante 15 mil 990 pesos, casi cuatro veces más que en la capital, Monterrey.
Señala uno de sus habitantes que “el dinero no es lo único que caracteriza a San Pedro, también su alto nivel en calidad de vida”. Con 0.95 puntos, es el municipio con el Índice de Desarrollo Humano más alto del país, un nivel similar a Noruega o Suiza.
De acuerdo con las últimas cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el municipio tiene uno de los niveles de pobreza más bajos del país, pues sólo el 4.4 por ciento de su población vive en pobreza y apenas el 0.6 por ciento tiene un ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo.
Pero no todo es sublime en este paraíso. El poder del dinero de este lugar ya se cansó también de los partidos políticos –del PAN, que los gobernó por casi 30 años; no confía aún en la ola de Morena, “ni en el viejo y corrupto PRI”, aseguran– y está en alerta por la violencia y la inseguridad en sus negocios y residencias, sin dejar de admitir que la probable presencia de hijos y familias de narcos alientan el peligro en el lugar.
La fiebre independentista a los partidos que llevó en 2015 al hoy gobernador independiente, el ingeniero agrónomo Jaime Rodríguez, el Bronco, al Palacio de Gobierno de Nuevo León, con el 48.8 por ciento de los votos, también invadió a San Pedro Garza García en 2018, que llevó a un independiente al palacio municipal, el expanista Miguel Treviño de Hoyos.
Hoy, para los comicios del 6 de junio próximo, Treviño de Hoyos de nuevo se anotó para la contienda y busca su reelección, seguido por Silvia Martínez, candidata del PRI; Mauricio Fernández, del PAN, que busca también de nuevo el cargo; Patricia Zambrano, de Morena; Salvador Benítez, de MC, y Víctor Elizondo, de Fuerza por México.
Sólo que, en esta ocasión, Miguel Treviño ya carga con sus malos resultados en su gobierno en el terreno de la seguridad pública. Se quejan que “desde 2019, casi desde el inicio de su gestión, se incrementaron los ataques incendiarios, ejecuciones y una ola de asaltos con violencia han golpeado a los habitantes”.
Lejos del aquel control “férreo, oscuro y hasta siniestro, pero efectivo”, dicen, que operó el exalcalde Mauricio Fernández –que llamaba “blindaje especial”–, Treviño “cedió el paso a la inseguridad y la violencia”. Llegó a tanta descomposición y descontrol en la policía municipal, que se propuso crear una “fuerza civil”, que tampoco ha servido de mucho, critican.
Describen que el clima llegó a tal grado que la sangre alcanzó a la prominente familia empresarial de los Canavati, cuando en abril de 2019 el crimen sorprendió a Sabás Canavati, de 28 años, cuando, en el momento en que comía afuera de un restaurante del Centrito Valle con unos amigos, abrieron fuego a quemarropa en su contra.