“La estrategia del presidente Andrés Manuel López Obrador de no confrontar al crimen organizado es ingenua y errónea porque conlleva el riesgo de un crecimiento exponencial de la violencia en México ante el vacío de autoridad, además de que desatiende el hecho de que grupos delincuenciales colocaron la semilla de la narcopolítica en varias regiones del país”, advirtió en “La Silla Roja” de EL FINANCIERO-Bloomberg, el investigador y experto en seguridad Eduardo Guerrero.
En el programa con los periodistas Enrique Quintana, director general editorial de EL FINANCIERO, Leonardo Kourchenko y Víctor Piz, dijo que es urgente un “golpe de timón” en la actual política contra la delincuencia de alto perfil, porque “está condenada al fracaso”.
Sostuvo que muestra de ello son las recientes masacres, particularmente la de Reynosa, “extraordinaria” por el número de víctimas inocentes ejecutadas al azar y de lo que sólo se había visto algo similar en el sexenio de Felipe Calderón.
“Pensar que el crimen organizado bajaría las armas y los niveles de violencia porque el gobierno tuvo la iniciativa de replegarse es una fantasía, lo que ha pasado en las últimas semanas debe servir de alerta para hacer ajustes o es probable un aumento muy importante de eventos de violencia entre organizaciones, de violencia colectiva, de masacres, que tienen un efecto expansivo y debe ser frenado de inmediato”.
Guerrero comentó que es incorrecto decir que en México hay un narcoestado porque ha habido casos exitosos de combate a la delincuencia, por ejemplo en Tamaulipas con el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca –excepto Reynosa–, Guerrero, con Héctor Astudillo y Ciudad de México, con el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch.
Sin embargo, precisó que resulta evidente que ha habido una mayor intervención de grupos criminales en la política, así como en las elecciones en Sinaloa, a través de Los Chapitos, y en las de Sonora, mientras que en Michoacán “están metidos hasta en la cocina” al igual que en el centro y sur de Veracruz, y en zonas de Guanajuato.
Explicó que existen cientos de grupos criminales en el país, pero el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación son los únicos de presencia nacional que ahora pelean “no cada región ni cada estado, sino cada municipio”.
Señaló que ninguno está alineado con un partido en particular; en el caso de Morena fue el que más candidatos asesinados tuvo porque representaba una amenaza para el statu quo delincuencial.
Manifestó que ante la falta de contención, el crimen será un actor muy relevante en la política y aspirará dentro de unos años no sólo a querer gobernar municipios, sino a gobernar estados.
“No es una batalla perdida, ni debemos ser tan pesimistas, hay varias alertas importantes, están avanzando los grupos en varias regiones, sí está colocada la semilla de la narcopolítica, pero aún es tiempo de actuar”, puntualizó.
Indicó que si la reacción de la autoridad federal es tardía ante el posicionamiento delincuencial y la lucha por territorios, le saldrá muy caro en términos de vidas humanas, además de que tendrá que multiplicar su fuerza para contener a organizaciones criminales que se expanden aceleradamente.
Los periodistas y el experto coincidieron en que los diagnósticos de seguridad tienden a las generalizaciones, pero en cada región debe implementarse una estrategia diferente porque de lo contrario el fracaso continuará por mucho tiempo.
