Con siete récords históricos en materia económica que “presumir a los cuatro vientos y a los tecnócratas neoliberales”, el aviso de que este mes enviará la reforma eléctrica al Congreso y la confianza de ser ratificado en el ejercicio de revocación de mandato que se prevé para marzo de 2022, el presidente Andrés Manuel López Obrador rindió su Tercer Informe de Gobierno en Palacio Nacional.
Por primera vez el mensaje, de 11 que lleva, si se consideran los trimestrales que denomina informes al pueblo de México, fue en el recinto de Homenaje a Benito Juárez.
Abrió el mensaje destacando que “paró en seco” la tendencia privatizadora, donde se dejó de entregar concesiones para explotar petróleo y electricidad, y en contraste aumentó la producción en refinerías, se compró la de Deer Park, en Texas, y sigue en marcha la construcción de Dos Bocas, en Tabasco.
Sobre la industria eléctrica, destacó que se modernizan las plantas hidroeléctricas, en tanto enviará este mes la reforma eléctrica al Congreso.
A pesar de la crisis generada por la pandemia, sobre la que refrendó el compromiso de vacunar con al menos una dosis a los adultos para octubre, resaltó logros en economía.
Entre ellos destacó el envío de 4 mil 540 millones de dólares en remesas durante julio; inversión extranjera por 18 mil 433 millones de dólares, la cifra –dijo– más alta registrada en el país; aumento de 44 por ciento en salario mínimo; crecimiento de 28 por ciento en el índice de la Bolsa de Valores, y de 18 por ciento en reservas del Banco de México.
“Aprovecho para recapitular: récord histórico en remesas; récord en inversión extranjera; récord histórico en incremento al salario mínimo; récord histórico en no devaluación del peso; récord histórico en no incremento de deuda; récord histórico en aumento del índice de la Bolsa de Valores; récord histórico en las reservas del Banco de México”, dijo.
“Está como para decir a los cuatro vientos, para presumir, decir a los tecnócratas neoliberales: ‘Tengan para que aprendan’”, expresión que generó los dos primeros de ocho aplausos de sus invitados.
Resaltó las acciones cumplidas que dan cuenta de una “política económica fincada en la moralidad”, como no endeudar al país, no aumentar impuestos y no subir los precios de los combustibles.
Se eliminó el “ofensivo privilegio” de la condonación de impuestos a las grandes corporaciones que dejaron de pagar 189 mil 18 millones de pesos en los dos últimos sexenios, lo que hace “demostrable que no permitir la corrupción y la impunidad ayuda a liberar fondos para el bienestar y el desarrollo del país”.
De pasada, en seguridad, destacó 11 delitos de alto impacto a la baja y una “pequeña disminución” en homicidios dolosos.
De 100 compromisos hechos el 1 de diciembre de 2018, sólo quedan pendientes la descentralización del gobierno y conocer la verdad sobre los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
“Es tan importante lo logrado en este periodo que hasta podría dejar ahora mismo la Presidencia sin sentirme mal con mi conciencia. Un retroceso no sería fácil”, aseveró.
Agradeció al gabinete, del que resaltó la presencia de Julio Scherer, consejero jurídico, quien estuvo en última fila y aún bajo la versión de una posible renuncia al cargo.
Pero el agradecimiento con más ahínco fue para el pueblo, “los de abajo”, en palabras de Mariano Azuela, que seguirá como prioridad en su administración, y el cual aseguró lo ratificará en la revocación.
“Cuando entregue la banda presidencial sólo diré a los cuatro vientos: misión cumplida, me voy a Palenque, les dejo mi corazón”, auguró y cerró el discurso de 55 minutos.