La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) arrancó el año en alerta por la amenaza aún latente de peste porcina.
La dependencia informó que, desde que se confirmó el brote de peste porcina africana en República Dominicana en julio del año pasado, y también en respuesta al brote de peste porcina clásica reportado en Brasil desde octubre, fortaleció la vigilancia sanitaria en las 85 Oficinas de Inspección de Sanidad Agropecuaria (OISA) del país, sobre todo en la península de Yucatán y la frontera sur.
Se han desplegado equipos caninos para identificar posibles productos contaminados en los principales puntos de entrada en el sur-sureste del país: Quintana Roo, Tabasco y Chiapas. También se hacen inspecciones en bandas de equipaje con unidades móviles de rayos X en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
La peste porcina africana no afecta a humanos. Sin embargo, es altamente contagiosa y letal para los cerdos. China, el principal exportador de carne de puerco a nivel global, se ha visto obligada a sacrificar a más de 100 millones de porcinos para mantener a raya un brote con el que pelea desde 2018.
El virus es capaz de permanecer activo no sólo en cerdos infectados, sino también en productos derivados del puerco e incluso en ropa, zapatos y herramientas, volviendo cruciales los puntos de inspección en puntos de entrada tanto comerciales como turísticos.
Un brote en México implicaría un freno total a las exportaciones. Del mismo modo, si el virus llega a Estados Unidos, cortará la principal fuente de importaciones de puerco para el mercado mexicano. Llegue a donde llegue la peste porcina, los consumidores lo notarán en los anaqueles.
Debido a la falta de presupuesto y a la gravedad de la amenaza de la peste porcina, los productores han tenido que echarle la mano a Sader para evitar que la enfermedad entre al país. La Organización de Porcicultores Mexicanos (Opormex) ha estado ayudando con insumos -congeladoras, tapetes sanitarios, bombas de aspersión, etc.- para hacer más eficiente las operaciones de vigilancia e inspección.
A la fecha, las autoridades han retenido 37 productos de riesgo, los cuales fueron destruidos e incinerados.