La variante adquirida de COVID no es un factor que determine el tratamiento médico que se deba recibir, por lo que las personas no deben preocuparse por conocerla, explicó el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell este martes.
“A la persona que tiene síntomas no le es de utilidad saber si es ómicron, delta o cualquiera de las variantes, porque el manejo médico de su condición de salud no depende de que se encuentre qué variante es”, expuso.
Aclaró que la identificación de variantes a través del proceso de secuenciación genética es un recurso de vigilancia epidemiológica de los gobiernos y no uno de diagnóstico clínico individual.
La declaración surgió luego que las autoridades fueran notificadas sobre varios laboratorios privados que se encuentran realizando supuestas pruebas para la detección de variantes de SARS-CoV-2, que carecen de veracidad.
“Hemos visto fraude en laboratorios aparentemente emergentes, privados, que están estafando a la gente”, precisó López-Gatell.
Explicó que solamente los laboratorios gubernamentales cumplen “con los estándares técnicos acreditados por la OMS y otros organismos para que los métodos que se usan [en la identificación de variantes] sean los apropiados comparables con el resto del mundo”.
“Es posible que laboratorios comerciales tengan capacidades tecnológicas para hacerlo pero difícilmente pueden montar los protocolos de alta exigencia para ser laboratorios de referencia, no lo son, no pueden serlo, los laboratorios de referencia son siempre son gubernamentales, de alto desempeño como el InDRE”, comentó.
¿En qué consiste la secuenciación genética?
El proceso supuestamente realizado por los laboratorios privados corresponde a una “secuenciación genética”, el cual es utilizado actualmente por los gobiernos para monitorear las variantes genéticas del coronavirus.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano, la secuenciación del ADN “significa determinar el orden de los cuatro componentes básicos químicos, llamados “bases”, que forman la molécula de ADN”.
“Los datos de las secuencias pueden resaltar los cambios en un gen que pueden causar enfermedades”, expone el instituto.
Este proceso no es de utilidad para diagnosticar a las personas contagiadas por COVID o cualquier otra variante de coronavirus debido a que los resultados se obtienen de 5 a 7 días en promedio.
“Si una persona tiene ómicron cuando reciba su resultado ya se curó, o si desafortunadamente es de esa minoría de personas que se complican, la evolución clínica, sus síntomas como el monitoreo del oxígeno, etcétera, va a ser lo que determine de qué manera se trata medicamente”, puntualizó López-Gatell.