Luego de que la propuesta sobre pausar las relaciones de México con España causara revuelo a nivel internacional, llegando incluso a oídos del ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares, quien pidió aclarar lo dicho al Presidente López Obrador, este remarcó que se trata tan solo de un comentario y que no afectará la relación diplomática entre ambos países.
Tras ser cuestionado este viernes sobre los efectos de la declaración, el mandatario respondió que “no habrá ninguna consecuencia diplomática, sólo decir, no se permite robar, no somos tierra de conquista y que no se confunda al pueblo español con estas empresas y con sus políticos protectores del más alto nivel”.
En días pasados, el presidente habló sobre los ‘tropezones’ cometidos por funcionarios, difundidos de manera pública y remató con el dicho de “se puede uno caer, pero hay que levantarse”.
Ahora, tras alborotar a la opinión pública por un comentario que se presta a malinterpretaciones, López Obrador intentó explicar que él se refería a “darse un tiempo” para “entender que hay una nueva realidad, que hubo un cambio en México”.
“Ya lo expliqué ayer. No es una ruptura, es un señalamiento por los abusos cometidos por empresas españolas que han afectado al pueblo de México en otros tiempos, los jugosos negocios que se hicieron por acuerdos cupulares por políticos de España y México en los sexenios de Fox, Calderón y EPN”, subrayó.
De acuerdo con el presidente, las acusaciones hechas en días pasado no van dirigidas hacia el pueblo español sino a las faltas cometidas por los políticos y las empresas de su país.
“El comportamiento de la empresa Repsol, lo que nos costó, es cosa de hacer el análisis. Lo que nos costó lo de OHL, y lo que nos ha costado Iberdrola”.
“La ofensa de que una empresa que se beneficia de contratos por abastecimiento de energía eléctrica se lleve a trabajar a la secretaría de Energía de México y se lleve como empleado al expresidente de México, eso es una ofensa a nuestro pueblo”, mencionó.