MIAMI, FL.-El ciudadano mexicano Alejandro Cabrera Fuentes se declaró culpable ante un juez federal de esta ciudad de espiar para el gobierno de Rusia.
Ingeniero, residente en Singapur, con doble vida, esposa e hijos en Rusia y en Estados Unidos, Cabrera había sido detenido por el FBI luego de ser interceptado el Whatsapp de su esposa en este país.
Ahí venían las fotografías que ambos tomaron en Miami del edificio, el vehículo y el estacionamiento de otro agente, por instrucciones de la inteligencia rusa, al que el Departamento de Justicia identifica como “informante”.
Cabrera Fuentes mantenía contactos con funcionarios de Moscú, “consistentes con las prácticas de servicios de inteligencia rusa, para detectar, evaluar, reclutar y manejar activos y fuentes de inteligencia”.
El caso es turbio y el Departamento de Justicia no ha arrojado claridad sobre los objetivos del espía mexicano, encomendados por los rusos.
Textualmente, el Departamento de Justicia fundamentó la acusación contra el ciudadano mexicano porque “según documentos judiciales, Héctor Alejandro Cabrera Fuentes, de 36 años, actuó bajo la dirección y el control de un individuo que creía que era un funcionario del gobierno ruso”.
Añadía que “instruido por este funcionario ruso, Fuentes, un ciudadano mexicano que ha pasado un tiempo significativo en Rusia, hizo arreglos para que un intermediario arrendara una unidad en un edificio residencial específico en el condado de Miami-Dade, Florida, donde residía una persona estadounidense específica, que había proporcionado previamente información sobre el gobierno ruso al gobierno de Estados Unidos”.
Siempre reservados y deliberadamente ambiguos en casos de espionaje, los funcionarios estadounidenses no aportaron más elementos significativos sobre el caso, pero está claro que dieron en el blanco al declararse culpable el ingeniero Cabrera Fuentes.