La matanza en San José de Gracia, Michoacán, no fue un “fusilamiento”, pues “no hubo una acción sincronizada para cometer este ilícito”, aseguró el subsecretario de Seguridad Ricardo Mejía.
Durante la conferencia de prensa matutina de este martes, el funcionario detalló que el móvil de la masacre fue una posible venganza entre integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), en especifico entre Alejandro “N”, alias ‘El Pelón’ y Abel “N”, alias ‘El Toro’, ambos oriundos de la comunidad.
“El móvil que hemos ubicado es una posible venganza entre grupos vinculados a la delincuencia organizada, que dependen de la misma estructura criminal conocida como Cártel Jalisco Nueva Generación. Es decir, una diferencia de carácter familiar y personal entre la cabeza de dos células, uno que podemos ubicar como Alejandro, alías ‘El Pelón’, y otro ubicado como Abel, alias ‘El Toro’ o ‘El Viejón’, ambos oriundos de San José de Gracia con familias arraigadas en esa demarcación. Ambos pertenecieron primero como el grupo conocido como Los Templarios y después al Cártel Jalisco Nueva Generación”, afirmó el subsecretario.
Al dar a conocer detalles del evento, Ricardo Mejía señaló que las autoridades municipales de San José de Gracia no alertaron sobre la masacre en ningún momento, a pesar de que debieron haber actuado como primeros respondientes.
De acuerdo a las investigaciones, los hechos ocurrieron mientras se celebraba el funeral de la señora Elisa, madre de Alejandro “N”, el domingo 27 de febrero.
Alejandro habría llegado a las 15:30 horas al funeral de su madre. Cinco minutos después, un grupo de camionetas con sicarios, liderados por Abel “N”, llegan al sepelio y confrontan a Alejandro y a sus acompañantes, quienes le servían de escolta.
El grupo de Alejandro es desarmado y sometido, para después ser colocados sobre el portón de una vivienda, tal como se observa en videos que han circulado en redes sociales.
Ante estas acciones, Alejandro “N” realiza una llamada, para pedir “que el grupo de Abel se retirara del lugar”. Al tiempo que solicitaba a los sicarios de Abel que no “accionaran contra terceros”.
Sin embargo, de acuerdo a testigos, Abel “N” dispara contra Alejandro “privándolo de la vida” y en ese momento se origina la matanza.
“Este es el lugar donde estaban colocadas las personas, según lo que se pudo percatar en campo. Estos son los indicios de algunos impactos de arma de fuego. No se puede apreciar que haya habido una sola línea, es decir esa tesis del supuesto fusilamiento, sino que al estar los sicarios, al ver el fuego comenzaron a disparar, pero no hubo una acción sincronizada para cometer este ilícito”, aseveró el subsecretario Ricardo Mejía.
Asimismo, el funcionario confirmó que tras la masacre, los sicarios trataron de borrar con “aparatos” la evidencia de los hechos, como las manchas de sangre.
“Llama la atención que estos sujetos arriban al lugar de los hechos con el instrumental para poder inyectar agua y tratar de borrar evidencias, lo cual es totalmente atípico. También que Abel, quien ya está imputado como probable autor material e intelectual de los hechos, hayan tratado de recoger los cuerpos”, dijo.
Finalmente, la SSP indicó que aún no se tiene una certeza del número de víctimas. No obstante, ya se cuenta con denuncias anónimas de posibles lugares donde se pudieron haber depositado los cuerpos.
Inicio del conflicto
De acuerdo a la SSP, Alejandro “N” y Abel “N” se habría conocido en 2010, cuando Abel fungió como sicario de de Alejandro en el grupo delincuencia Caballeros Templarios.
Tras diversas traiciones y el ascenso de Abel como líder de la plaza luego de la detención de Alejandro en 2014, se generan amenazas directas entre ambos.