Las mujeres indígenas y residentes en localidades rurales son las más afectadas por la desigualdad, ya que a la falta de oportunidades por su origen social y étnico, se suma la problemática de género.
De acuerdo con Inmujeres, el 49 por ciento de las mujeres indígenas vivieron situaciones de violencia por parte de su actual o última pareja, el tipo más frecuente fue el emocional (38.9 por ciento), siguió la violencia económica o patrimonial, (21.5 por ciento), física (20.8 por ciento) y sexual (7.7por ciento).
A esta situación de violencia cotidiana, se suma la condición de marginalidad, acentuada con más profundidad en la región del sureste mexicano. El 69.1 por ciento de estas mujeres se encuentran en situación de pobreza, mientras que para la población no indígena el porcentaje se reduce a 39, de acuerdo con cifras de Pro Mujer.
Chiapas se constituyó como el estado con más mujeres pobres del país, en 2018, con 76.8 puntos porcentuales, seguido de Oaxaca con 66.7 por ciento de las mujeres en esta condición.
De acuerdo con la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), las mujeres indígenas en América enfrentan obstáculos como: muy pocas oportunidades para acceder al mercado laboral, dificultades geográficas y económicas singulares para tener acceso a servicios de salud y educación, acceso limitado a programas y servicios sociales, tasas elevadas de analfabetismo, escasa participación en el proceso político y marginación social.
“La exclusión política, social y económica de las mujeres indígenas contribuye a una situación permanente de discriminación estructural, que las vuelve particularmente susceptibles a diversos actos de violencia”, acentúa la CIDH.
Pro Mujer llega al sureste
En este contexto, Pro Mujer, una organización sin fines de lucro, llega este 2022 al sureste mexicano, instalando sedes en los estados de Chiapas, Yucatán, Campeche, Tabasco y Oaxaca, con el fin de impulsar la igualdad de género a través de microcréditos, capacitaciones y servicios de salud.
En entrevista con El Financiero, Carmen Correa, CEO de Pro Mujer, detalló que las acciones están orientadas a temas de educación financiera y digital, así como procuración médica en distintos servicios como mamografías, citologías, prueba de VPH, controles clínicos para las emprendedoras y sus familias.
“Estos proyectos buscan que las mujeres latinoamericanas logren la autonomía financiera, impactando positivamente en sus comunidades”.
En México, Pro Mujer cuenta con 14 sedes ubicadas en CDMX, Edomex, Hidalgo, Puebla y Veracruz. Durante 2021, la organización otorgó créditos a 14 mil emprendedoras mexicanas, destinando un total de 5.8 millones de dólares en préstamos para la creación de emprendimientos.
Pro Mujer apoya actualmente a más de 40 mil mujeres en más de 300 municipios dentro de seis estados, incluyendo Veracruz, Estado de México, Ciudad de México, Puebla, Hidalgo, Querétaro.
Las mujeres interesadas en recibir apoyo y capacitación financiera pueden contactar a Pro Mujer a través de esta página, o físicamente en algunas de sus sedes.