La Fiscalía de Nuevo León detuvo este martes al exgobernador Jaime Rodríguez Calderón, conocido como ‘El Bronco’. La captura, que se llevó a cabo en el municipio de General Terán, está relacionada con el presunto desvío de recursos públicos.
‘El Bronco’ fue trasladado a la prisión de Apodaca, al norte de la zona metropolitana de Nuevo León.
El Centro de Reinserción Social número 2, está ubicado en el municipio de Apodaca, y es uno de los dos penales con los que cuenta el Estado. Actualmente tiene una capacidad para albergar a mil 560 internos. Esto gracias a que, luego de cerrar de manera definitiva el penal del Topo Chico, en 2019, el ex gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, anunció la construcción de un edificio aledaño al Centro, y que contaría con 532 módulos, 28 de ellos para reos de máxima seguridad.
En esa ocasión la inversión fue de 768 millones de pesos, todos recursos estatales.
Se difundieron imágenes de Rodríguez Calderón en esta prisión de alta seguridad:
Cómo es el CERESO de Apodaca y cuáles son sus condiciones
De acuerdo con las autoridades penitenciarias, las instalaciones del Centro de Reinserción Social de Apodaca son de las más modernas ya que cumplen con los estándares internacionales en cuanto a ubicación y comodidad de los internos.
Un diagnóstico reciente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Nuevo León señaló que el Cereso de Apodaca tenía rebasada su capacidad instalada en un 7.81 por ciento, por lo que se consideraba que tenía sobrepoblación, por lo que urgía ampliar su capacidad.
En enero de este año, el penal fue escenario de un motín que dejó como saldo a 25 personas privadas de la libertad lesionadas, más cuatro adicionales al exterior que sufrieron heridas leves al derribar uno de los portones de acceso al penal.
Recientemente, Aldo Fasci, secretario de Seguridad anunció una inversión adicional de 400 millones de pesos para la construcción de un ala para 500 internos, un centro de adicciones y una zona de tratamientos especiales.
Hace algunos años, el centro de readaptación de Apodaca era considerado una de las cárceles más peligrosas del país, según un reportaje de la BBC publicado en el 2016.
En una evaluación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, publicada en 2020, Apodaca obtuvo una calificación de 7.9.
Para el citado reporte, la CNDH realizó una supervisión, y determinó que al centro penitenciario de Apodaca le hacía falta prestar atención en tres aspectos fundamentales:
- En aspectos que garanticen la integridad de las personas que privadas de su libertad, por el momento existe una deficiencia en la atención a personas encarceladas, dice la publicación de hace 2 años.
- En los aspectos que garanticen una estancia digna, en el reporte de la comisión de 2020 se encontró que hay una inexistencia de condiciones materiales e higiene de la cocina y/o comedores.
- La reinserción social de las personas privadas su libertad se ve vulnerada porque existe una deficiente separación entre procesados y sentenciados.
Igualmente en 2020, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos marcó aspectos positivos o en los que se lograba un buen trabajo en la prisión de Apodaca, detalles por los que el penal obtuvo una calificación arriba de la aprobatoria. Estos puntos favorables fueron:
- En los aspectos que garantizan la integridad de las personas privadas de su libertad, existe una distribución de personas, al igual que un número de personas en relación a la capacidad del centro. Y también se busca la prevención de violaciones a derechos humanos y atención en caso de detección.
- En los aspectos que garantizan una estancia digna, existen varios materiales de higiene dentro de los talleres y/o áreas deportivas.
- En la reinserción social de las personas privadas de su libertad, dentro del penal podemos observar, dice el reporte, la existencia de actividades deportivas, actividades laborales y de capacitación.
- Como otro punto a favor, la CNDH mencionó en su reporte la asistencia a grupos de personas privadas de su libertad con necesidades específicas como son: personas adultas mayores, las personas LGBTTTI y personas que viven con VIH/SIDA.
Con información de Sonia Coronado