Salma Luévano, legisladora trans y activista, exigió este jueves la expulsión del panista Gabriel Quadri por llamarla “señor” durante una sesión en San Lázaro.
En el Día Internacional de la Visibilización Trans, Quadri lanzó un comentario transfóbico y discriminatorio hacia Salma Luévano. “El señor me está amenazando dentro del Pleno y que no da ningún argumento al tema que estamos tratando, solamente insulta y descalifica”, dijo.
La confrontación entre los legisladores inició cuando Quadri subió a la tribuna y abordó un dictamen en materia de salud mental, en este proponía que padres firmen el consentimiento de reasignación de género en caso de menores.
“Este tipo de decisiones irreversibles y de graves consecuencias deben ser tomadas sólo por personas adultas, completamente conscientes de las consecuencias en la salud, la vida familiar, reproductiva, sexual y psicológica”, sostuvo.
Ante esto, Luévano se lanzó contra el panista al calificarlo de “asesino” y de promover la violencia de género.
“Decirle al señor Quadri que es un sinvergüenza asesino, porque eso es lo que está orillando y no se lo vamos a permitir. Como mujer orgullosamente trans quiero decirle al señor que está muy equivocado y que además recuerde que tiene hijos y familia y, ojalá, ojalá, eso le va a callar la boca”, dijo.
Asimismo, aseguró que la infancia trans no se trata de medicamentos, como lo ha dicho Quadri, “sino de derechos”.
Lo dicho por el legislador generó molestia entre los grupos parlamentarios, que exigieron que se retirara. Incluso, a la discusión se sumó la priísta Cynthia López Castro, quien dijo que Quadri “ha violado la constitución”, el artículo 1º Constitucional, que prohíbe la discriminación.
“Es una falta de respeto que se dirija como señor a una mujer, una mujer trans en este país diputado Quadri, es una mujer porque ella así lo decidió, y en nuestro país uno tiene el derecho a tener el género que uno decidió”, acusó.
Posteriormente, Gabriel Quadri ofreció una disculpa, pero Luévano no la aceptó y advirtió que presentaría una demanda ante los tribunales.
Antes de concluir la discusión, María Clemente García le arrebató el micrófono a Santiago Creel, quien estaba a punto de levantar la sesión, y lo hizo levantarse de la presidencia de la Mesa Directiva, por lo que se tuvo que decretar un receso.