Una semana después de que fuera llevada a cabo la consulta de revocación de mandato, el exconsejero del Instituto Nacional Electoral (INE), Leonardo Valdés, concluyó que el ejercicio deja un “mal sabor de boca” ya que surgió de una solicitud de simpatizantes por ratificar al presidente Andrés Manuel López Obrador, y no por la ciudadanía que deseaba que se le revocara la Presidencia.
Durante su participación en el programa dominical La Silla Roja, el exconsejero señaló que el punto anterior fue uno de los principales problemas de la consulta, ya que fue menor la población que participó en la recaudación de firmas para llevar a cabo la consulta de revocación que tenían la intención de cuestionar el mandato de López Obrador.
Otro punto importante fue, en palabras de Valdés, la constante violación a la veda electoral de parte de funcionarios que la promovieron, y que a pesar de eso, no se pudieran obtener más de 20 millones de votantes en el ejercicio revocatorio.
Además, el exconsejero concluyó que en esta elección no hubo incertidumbre acerca de los resultados y certeza las reglas del proceso como es costumbre, todo lo contrario, ocurrió una certeza en los resultados de la revocación desde antes de conocerlos e incertidumbres referentes a las reglas de la consulta, esto gracias al decretazo impulsado desde la 4T para poder promover la revocación.
Aseguró que el “ataque artero” al INE de AMLO es parte de una estrategia política que ha implementado desde el año 2000, ya que desde ese entonces ha puesto en duda a las instituciones, y esa es una táctica que le ha funcionado como candidato y ahora como Presidente.
Recordó que para la elección de jefe de Gobierno de la Ciudad de México, entonces Distrito Federal, López Obrador no cumplía con los requisitos de residencia en la capital del país, esto al haberse mudado a Tabasco para buscar la gubernatura de la entidad. Al enterarse comenzó un ataque contra el INE bajo la narrativa de que la Institución estaba “al servicio” de las élites.
Por esta razón es importante entender que, a pesar de que los señalamientos de Andrés Manuel López Obrador no son algo nuevo, si implican que el Instituto Nacional Electoral (INE) corre peligro en caso de que se apruebe una reforma constitucional en materia electoral.