Alejandra Collado Campos, especialista en Estudios de la Mujer del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) explicó por qué el concepto de maternidad ha cambiado en conjunto con por qué la crianza debe ser colectiva.
Actualmente alrededor de 70 por ciento de las mujeres de 15 años o más en México son mamás, sin embargo, la tasa de fecundidad ha bajado y es que en 1999 el promedio era de 2.8 hijos por mujer, mientras que para el 2019 esto se redujo en un punto porcentual, es decir a 1.8.
Collado explica que esto se debe a que la concepción de ‘maternar’ ha cambiado, la experta señala que antes se pensaba que la mujer sólo podía realizarse y ser triunfadora a partir de ser madre.
Por otra parte, Collado insiste en que la crianza, así como el cuidado y la protección de infancias debe de ser un trabajo colectivo y se tiene que dejar atrás la idea de que es una obligación de la mujer hacer ese trabajo.
El discurso de la concepción de la crianza como un trabajo exclusivo de la mujer se reproduce en un sermón predeterminado, en el que se le siguen otorgando el cuidado de los otros y se reproduce a través de la educación, las representaciones en medios y los productos culturales, explica la experta.
“Maternar no es inherente ni a las mujeres ni a las mamás biológicas. Maternan las abuelas, las tías, las amigas, las mujeres que están al cuidado de estas infancias y tiene que ver con cambios respecto a cómo nos hemos profesionalizado, hemos tenido que adaptarnos a horarios laborales, en los espacios públicos, institucionales y requerimos apoyo para el cuidado de las infancias”, subraya Collado.
Para la experta es necesario que se impulsen medidas públicas desde el Estado para que las parejas puedan compartir la responsabilidad de la crianza. Un ejemplo que pone Collado, es que se promuevan acciones como las licencias de paternidad, así como que los hombres (hablando de una pareja heterosexual) cuenten con permisos laborales para atender asuntos relacionados con la educación y la salud de los niños.
“Tenemos que dejar de lado este estereotipo de que somos las mujeres las encargadas de educar. Ciertamente, como madres tenemos una mayor participación en la educación, pero si se trata de una pareja heterosexual, el papá también debe participar”, señala.
“Si un hijo se enferma, a la primera persona que llaman en la escuela es a la mamá. Es todavía una estructura que está muy arraigada. Es labor del Estado, desde los medios de comunicación cambiar estas representaciones que generan significantes y se convierten en prácticas. La crianza es un trabajo que tiene que ser realmente colectivo”, concluye Collado.