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Mujeres pobres e indígenas: las ‘mulas’ del narco olvidadas por la Ley de Amnistía

A Araceli le ofrecieron 2 mil pesos por transportar 30 kilos de marihuana a la Ciudad de México.

La Ley de Amnistía tienen abandonadas en prisión a mujeres víctimas del narcotráfico, quienes son amenazadas para transportar droga. (cuartoscuro)

A más de dos años de su entrada en vigor, la Ley de Amnistía tiene abandonadas en prisión a mujeres víctimas del narcotráfico, quienes son sometidas, mediante amenazas e intimidaciones, por los grupos del crimen organizado para transportar droga.

Las víctimas comparten un cuadro común: se encuentran dentro de los estándares de pobreza, marginación y vulnerabilidad. Para ellas, la justicia tarda en llegar o simplemente no llega, a pesar de ser candidatas a recibir la amnistía.

Hasta marzo del 2021, la Comisión de Amnistía tenía registro de 653 solicitudes, que de acuerdo a sus propios criterios, cumplian con lo establecido por la ley. De estas, 453 solicitudes son por delitos contra la salud y de estas, la mitad son por “transportación”.

Las mujeres son las más afectadas, pues son orilladas a cumplir el papel de “mulas” o portadoras de drogas.

Es el caso de Domitila, una mujer indígena mazahua, quien fue sentenciada injustamente por transportación de droga. Ella fue amenazada por un hombre quien le aseguró que si no accedía a transportar una maleta con marihuana matarían a su hijo.

Domitila aceptó, pero fue descubierta y detenida en Huitzo, Oaxaca, en una revisión de rutina de la Policía Federal.

Fue sentenciada a 6 años y 8 meses sin perspectiva de género, ni interculturalidad y sin tomar en cuenta que fue obligada por un tercero que la amenazó. Este hecho que fue ignorado por el MP, el juez y hasta por su defensa.

Fallas en la Ley de Amnistía

En septiembre del 2020, EQUIS Justicia Para las Mujeres tomó el caso de Domitila y presentó solicitud para la amnistía, sin embargo se encontraron con una serie de fallas y obstáculos.

“Los primeros pasos fueron difíciles hasta para las autoridades. La oficina se encuentra en la Ciudad de México y si se quiere pedir la amnistía desde otro estado, se tiene que hacer la comunicación con la CDMX, de manera física o por correo. Hay personas que se encuentran en esos supuestos de ser personas indígenas, que no hablan español, que no tienen acceso a las tecnologías, que difícilmente van a lograr acceder a internet para enviar su solicitud. Es costoso e inaccesible meter esta solicitudes”, apuntó Amaranta Valgañon, abogada litigante de la organización, en entrevista con El Financiero.

Domitila tuvo que esperar 20 meses para obtener su libertad. Aún cuando la ley establece que no deben pasar más de cuatro meses para obtener una respuesta a partir de que se ingresa la solicitud, ella recibió una respuesta después de 18 meses y todavía tuvo que esperar más tiempo para obtener una resolución.

Los procedimientos de la Comisión de Amnistía no son claros, se presenta la solicitud y no se sabe cuándo la van a resolver (...) hay una violación de la ley. Para las personas que están en prisión este es un escenario de total incertidumbre, pues una vez que pasa el mes cuatro no saben cuánto más se va a tardar la resolución”.

Domitila recibió la amnistía por parte de la Comisión en diciembre de 2021 y fue hasta mayo del 2022 cuando el juez confirmó la determinación.

“El juez federal tiene la última palabra, da el ‘visto bueno’ sobre esa decisión, el juez podría no concederla. Ese procedimiento es muy nublado, no es claro, no es transparente, no hay algo que establezca cuánto tiempo tiene ese juez para resolver, cómo lo va a hacer”, denunció Amaranta.

La organización, quien desde 2011 busca transformar las instituciones, leyes y políticas públicas para mejorar el acceso a la justicia para todas las mujeres, considera que la Ley de Amnistía “está operando en la oscuridad, lejos de la ciudadanía y sobre todo lejos de las personas privadas de la libertad”.

Le ofrecieron 2 mil pesos por transportar marihuana

Los grupos del crimen organizado reclutan a personas en situación de extrema vulnerabilidad, como es el caso de Araceli. Ella es originaria de Miahuatlán, Oaxaca y le ofrecieron 2 mil pesos por transportar 30 kilos de marihuana a la Ciudad de México.

“Me ofrecen un trabajo de entregar unas maletas en la Ciudad de México (me dicen) mil pesos me dan acá y mil pesos cuando entreguemos en la capital. Por la ambición de tener ese dinerito para el hospital de mi mamá”, refirió Araceli.

“Me dan las maletas, me salgo a las 7 de mi casa. Espero el autobús que sale de mi pueblo de Miahuatlán de Porfirio Díaz. Cuando pasamos a Nochixtlán ahí hay una revisión ... me puse nerviosa, se dieron cuenta y me dieron un número. Me dijo la Guardia Nacional que no me metiera en problemas, que esa gente no se iba a hacer responsable de nada, que había mucha gente así a quien le llaman ‘burreras”.

Araceli fue detenida en Oaxaca fue sentenciada a 6 años y medio en prisión por transportar 21.70 kg de mariguana. Su madre de 104 años, quien dependía económica y físicamente de ella, murió durante su estancia en prisión.

EQUIS Justicia Para las Mujeres señala que, al igual que muchas mujeres, Araceli se encuentra en espera de una resolución por parte de la Comisión de Amnistía para recobrar su libertad.

En esta situación se encuentran al menos 2 mil 600 mujeres, quienes permanecen encarceladas injustamente.

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