El presidente Andrés Manuel López Obrador criticó este viernes la autorización emitida por el gobernador de Texas, Greg Abbott, para que fuerzas estatales puedan detener a migrantes y devolverlos a la frontera con México.
“Se está extralimitando, no le corresponde legalmente tomar esa decisión, es algo que tiene que ver con el gobierno federal en Estados Unidos”, sentenció.
El mandatario reiteró que estos ataques son parte de una campaña para las elecciones que se celebrarán en noviembre.
“Como hay elecciones en noviembre buscan el sensacionalismo, el amarillismo, piensan que así van a tener simpatía, los de un partido o los de otro”, señaló y advirtió que no aceptará que utilicen este discurso para conseguir votos.
“Con nosotros no van a contar porque aún cuando somos respetuosos de la soberanía de los países, no vemos bien que haya campanas antiimmigrantes con propósitos electorales, lo considero inmoral, politiquero”, sostuvo, “es una aberración, nosotros no estamos de acuerdo con eso”, agregó.
El mandatario también cuestionó las creencias religiosas de los funcionarios estadounidenses pues no concuerdan con sus políticas anti-inmigración.
“Que no está en la biblia que hay que proteger al forastero que no hay que maltratarlo, muchos son evangélicos o católicos, ¿por qué no cumplen con las escrituras y por qué esa hipocresía? Ese doble discurso y más para sacar votos, es muy vulgar hacer eso”, apuntó.
Abbott traspasa poderes para impedir llegada de migrantes
Abbott ha sido criticado por traspasar los límites de sus poderes policiales al implementar la medida para devolver migrantes a la frontera.
La Secretaría de Relaciones Exteriores se pronunció en contra este jueves explicando que la aplicación de la ley migratoria no le corresponde al gobierno de Abbott, sino a las autoridades federales.
Laurence Benenson, del Foro Nacional de Inmigración, dijo que espera desafíos legales para que Texas intente establecer su propia política de aplicación de la ley de inmigración, lo que entra en conflicto con el precedente legal de larga data de que esa es responsabilidad del gobierno federal.
También dijo que no está claro cómo los policías de Texas detendrían a las personas únicamente por no tener un estatus legal y no haber cometido un delito.
Los intentos de ampliar los poderes estatales para hacer cumplir la política de inmigración han fracasado en el pasado, incluida la ley de “papeles, por favor” de Arizona que la Corte Suprema anuló en 2012 cuando el juez Anthony Kennedy escribió que “el estado no puede seguir políticas que socaven la ley federal”.
La Corte Suprema recientemente anuló una demanda de Texas y Missouri liderada por republicanos para evitar que la administración Biden ponga fin a una política de la era Trump que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en México mientras se considera su solicitud. Ese fallo, dijo Benenson, afirmó el papel del gobierno federal en hacer cumplir la ley de inmigración.
“Se reconoce que no queremos abrir las compuertas para que los estados establezcan 50 políticas de cumplimiento de inmigración diferentes”, dijo Benenson.
El anuncio de Abbott se produjo dos días después de que exfuncionarios de la administración Trump y alguaciles en varios sur de Texas le pidieran que declarara lo que llamaron una “invasión” y usará poderes extraordinarios normalmente reservados para la guerra.
Su plan implica una interpretación novedosa de la Constitución de los Estados Unidos para que la Guardia Nacional o la policía estatal envíe a la fuerza a los migrantes a México, sin tener en cuenta las leyes de inmigración y los procedimientos de aplicación de la ley.