Para Érika Ruiz, asociada del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI), la reunión entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el mandatario Joe Biden, demostró que del lado mexicano no hay ideas nuevas para mejorar la relación.
En entrevista con EL FINANCIERO, Ruiz señaló que López Obrador volvió a mirar hacia el pasado para buscar los proyectos que busca implementar, como es el de los braceros.
“Siempre es bueno recurrir a la historia para analizar lo que ha funcionado en otros momentos, pero se trata de proponer cosas nuevas. Esto otra vez nos lleva a pensar que el presidente López Obrador tiene muy pocas ideas nuevas, todas las saca del ropero de la abuelita”, afirmó.
Por otro lado, la experta sostuvo que el mandatario mexicano se debería de enfocar más en resolver asuntos internos, mismos que preocupan a Estados Unidos y que seguramente se debieron de haber tocado en el encuentro.
“Somos una amenaza en términos de nuestra propia descomposición interna. Estamos con niveles de violencia inusitados, con una falta de seguridad increíble, el consumo y tráfico de drogas ha aumentado, así que es ahí donde probablemente, fuera de cámara, hayan tenido una conversación relativamente seria”, aseguró.
Además, Ruiz sostuvo que López Obrador mostró falta de tacto al mencionar temas que no necesariamente se tuvieron que haber tratado, sin embargo, fueron mencionados por el mexicano.
“Si uno es de verdad socio para el largo plazo, tiene que tener la sensibilidad de saber en qué momento le está hablando a su contraparte, y en este caso Biden está con niveles de popularidad muy bajos, con elecciones intermedias en puerta y con temas muy sensibles en la agenda”, detalló.
Además, agregó que “(no era necesario) que López Obrador presumiera que la gasolina está más barata en México, porque no es efecto de una buena gobernanza o de una buena política, sino que es producto de subsidios”.
Finalmente, sostuvo que se están dejando pasar oportunidades importantes al no atender estos temas, y enfocarse en otros que no benefician al país.
“Si México se mostrara como un socio confiable, con una situación de país estable, podríamos aprovechar las estrategias de relocalización de empresas, aprovechar la reconfiguración del mundo, que quede claro de qué lado estamos, y el problema es que nada de eso lo hemos dejado claro”, sentenció.