En octubre de 2021, la bodega del restaurante Atrio de Cáceres, del chef Toño Pérez, fue víctima de un robo de 45 botellas de vino, las cuales, en su conjunto, están valuadas en millones de euros.
De acuerdo con medios españoles, el atraco en el establecimiento español, premiado con dos estrellas Michelín, estuvo a cargo de la mexicana Priscila Lara Guevara, de 29 años, quien fue “Miss Earth Estado de México” en 2016, así como por su pareja Constantín Gabriel Dumitru, rumano con segunda nacionalidad holandesa.
La pareja fue detenida cuando intentaba cruzar la frontera de Croacia desde Montenegro, en el puesto fronterizo de Karasovi Sutorina. Sus nombres estaban boletinados por la Interpol y Europol.
¿En cuánto estaban valuados los vinos robados en el Atrio de Cáceres?
El periódico español El País detalló que las 45 botellas de vino estaban valuadas en 1.6 millones de euros (equivalente a 33.5 millones de pesos).
Entre los vinos que fueron hurtados se encontraban un Chateau d’Yquem de 1806, el cual su valor asciende a 310.000 euros (equivalente a más de 6 millones de pesos) y otros seis caldos del siglo XIX. Según La Vanguardia, los propietarios de Atrio consiguieron hacerse con este histórico ejemplar en una subasta en Christie ‘s en el año 2000.
Además, la mexicana y el holandés se llevaron 38 botellas de Romanée Conti. Las autoridades dieron con Constantín Gabriel tras descubrir que él había sido detenido por robar botellas de vino en un Duty Free del aeropuerto de Ginebra (Suiza).
¿Cómo fue el robo millonario?
Antes de que la pareja cenara en el lujoso restaurante Atrio, Lara Guevara había reservado una habitación en el hotel con una identidad suiza falsa.
Tras consumir en el establecimiento, la pareja visitó la bodega, la cual es una práctica habitual por los clientes. Después, los sospechosos subieron a su habitación, pero minutos después el hombre abandonó el lugar para dirigirse a la bodega.
El rumano logró acceder con una llave maestra previamente sustraída. Mientras que la mujer distraía al empleado con la excusa de que le preparara algo de comer a pesar de que la cocina ya estaba cerrada.
Después de logar con éxito la operación, Constantín salió con tres mochilas, una en cada mano y otra a la espalda, en las que introdujo las 45 botellas de vino. Además, las envolvió con toallas de la habitación para protegerlas.
La pareja abandonó el hotel a las 5:30 de la mañana y el robo fue descubierto esa mañana, pero horas después.