Organizaciones civiles pidieron que el Poder Judicial de la Federación (PJF) defina claramente la postura que tiene con respecto a la construcción del Tren Maya.
En conferencia de prensa, Gemma Santana, del movimiento Sélvame del Tren, declaró que el gobierno federal está ignorando a los jueces de manera deliberada para continuar con el proyecto.
Por otra parte, José ‘Pepe’ Urbina, uno de los buzos que impulsaron el amparo con el que se logró la suspensión definitiva del Tramo 5, expuso que el hecho de que el presidente Andrés Manuel López Obrador esté dispuesto a violar la ley para cumplir con sus ideas, dice todo sobre lo que se está intentando hacer.
Finalmente, Gonzalo Monroy, experto en temas energéticos y parte del movimiento, expuso que es importante que las barras de abogados y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se pronuncien al respecto, ya que uno de sus jueces fue desacatado.
Por otro lado, los ambientalistas afirmaron que han recibido amenazas; sin embargo, dijeron tener más miedo a lo que le pueda pasar con la selva.
En ese sentido, pidieron que la sociedad civil se una a la presión que hay que ejercerle al poder para que frene la construcción.
El grito de ayuda llegó a la Unesco para frenar el Tren Maya
Activistas mexicanos del colectivo Sélvame del Tren pidieron el pasado miércoles 6 de julio la intervención de la Unesco para proteger el patrimonio arqueológico y paleontológico en riesgo por el tramo 5 del Tren Maya, obra emblemática del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en el sureste del país.
Buzos exploradores y activistas del colectivo entregaron una carta al organismo para denunciar la amenaza del megaproyecto que pasará por encima de grutas y cavernas, donde han hallado evidencias inéditas de vida prehistórica y prehispánica.
“La construcción del tramo 5 pone en riesgo este notable patrimonio natural y cultural de México y de la humanidad al pretender construir las vías del tren que pasarán sobre las cuevas y vestigios que ahí yacen”, se lee en la misiva dirigida a Frédéric Vacheron, representante de la Unesco en México.