A sus nueve años de edad, Michelle Arellano no busca ser una estrella de rock and roll, ni presidenta de la nación, sino está preparada para ir al Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (Tec de Monterrey) a estudiar la carrera de medicina.
A su corta edad, esta niña, oriunda de Tuxtla Gutiérrez, en el estado de Chiapas, tiene una impresionante trayectoria, pues de acuerdo con sus padres, Michelle aprendió a hablar inglés cuando tenía al menos de dos años y, al cumplir los cuatro, ya sabía leer y escribir también en esa lengua.
Pese a su inteligencia, la pequeña enfrentó grandes retos al momento de estudiar, como el bullying (acoso) de algunos de sus compañeros.
En la primaria, sus profesores aseguraban que aprendía de forma muy rápida y señalaron que era necesario que se llevara a que recibiera una preparación más avanzada. Por ello, sus padres se pusieron en contacto con la Secretaría de Educación Pública (SEP) y, con ello, logró pasar del cuarto al sexto grado.
Del mismo modo, obtuvo un acceso directo a la secundaria, y, posteriormente, en marzo de este año, acreditó la preparatoria a través de un examen único de Ceneval.
Después de varios estudios y pruebas psicológicas, Michelle ha sido catalogada como una niña genio, ya que tiene un coeficiente intelectual (IQ) de 158, por lo que está a dos puntos de alcanzar los 160 de IQ, que tuvo Albert Einstein o que posee Stephen Hawking.
Además de aprender rápidamente, Michelle Arellano practica disciplinas deportivas como el Taekwondo, patinaje y natación.
En agosto próximo, Michelle emprenderá una aventura para estudiar en el Tec de Monterrey, y así, convertirse en cirujana cardioavascular, la misma especialidad que tiene su madre, Karina Guillén Cruz.
No obstante, sus padres pretenden hacer un viaje a Estados Unidos para que estudie en una universidad de Massachusetts.