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Caso Ayotzinapa: Sedena tenía un agente infiltrado, pero falló protocolo de seguimiento

Julio César López Patolzin fungía como un soldado infiltrado en la Normal Rural de Ayotzinapa.

Alejandro Encinas presentó los avances sobre la investigación de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia (CoVAJ) del caso Ayotzinapa. (Cuartoscuro)

El subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, afirmó este jueves que el seguimiento de la desaparición de un soldado infiltrado entre los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa hubiera facilitado su posterior búsqueda.

Durante el informe sobre los avances en el caso Ayotzinapa de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia (CoVAJ), el subsecretario detalló que previo a los hechos, el soldado Julio César López Patolzin, se encontraba dentro de la Normal informando a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) sobre lo que acontecía en las asambleas y en las movilizaciones de los estudiantes de cara a la marcha del 2 de octubre.

El soldado estaba “bajo el mando del teniente de infantería, Marcos Macía Barbosa del 27 batallón, su último reporte fue al filo de las 10 de la mañana de este día (26 de setiembre) y desapareció junto con los otros estudiantes sin que sus mandos hicieran ninguna acción para garantizar su integridad y su búsqueda como lo establece el protocolo para militares desaparecidos”, detalló Encinas.

El funcionario remarcó que de haber cumplido con el debido protocolo, se hubiera podido proceder a la localización no solo de López Patolzin sino de todos los estudiantes.

Autoridades pudieron impedir desaparición de los 43 normalistas

Además contar con la información del soldado infiltrado, las autoridades de los tres niveles de gobierno realizaron el seguimiento de las acciones y del movimiento de los estudiantes durante los preparativos para la movilización del 2 de octubre, “tan es así que impidieron la toma de los autobuses”, destacó Encinas.

Autoridades federales, estatales y municipales fueron informadas sobre “la toma de camiones, del traslado de los estudiantes a Iguala, de su llegada al Rancho del Cura y de la caseta de Iguala, de su arribo a la Central del Autobuses y de los hechos de persecución y de violencia de los que fueron objeto”, detalló.

Al tener conocimiento de estos hechos, Encinas señaló que los servidores involucrados acreditan un nivel de responsabilidad ya sea por acción, omisión o negligencia.

“De haber intervenido oportunamente con la información que disponían se hubiera impedido la desaparición y asesinato de los estudiantes”, subrayó.

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