El sexenio anterior, encabezado por el entonces presidente Enrique Peña Nieto, tenía su propia versión oficial sobre la desaparición de los normalistas durante la noche del 26 de septiembre de 2014.
El informe establecía que una banda del crimen organizado, conocida como Guerreros Unidos, secuestró y ordenó el asesinato de los estudiantes. El jueves, esa versión cayó en propia voz de Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos en la Secretaría de Gobernación.
“La llamada ‘Verdad Histórica’ del Gobierno de Peña Nieto es el resultado de una acción concertada del aparato organizado del poder. De haber intervenido se habría evitado la represión y el asesinato de los estudiantes”, sentenció Encinas en su informe presentado este jueves con las conclusiones del caso.
Fue el 27 de enero de 2015 cuando la investigación, realizada en el sexenio de Peña Nieto y encabezada por Murillo Karam, aseguró que los 43 normalistas de Ayotzinapa “fueron privados de la vida, incinerados y sus cenizas arrojadas al Río San Juan”, en Cocula.
“Esta es la verdad histórica de los hechos, basada en las pruebas aportadas por la ciencia, como se muestra en el expediente, y que ha permitido ejercitar acción penal en contra de los 99 involucrados, que han sido detenidos hasta hoy”, sentenció en ese entonces el titular de la PGR.
Transcurridos prácticamente ocho años de la desaparición forzada de los 43 normalistas, y siete de la “verdad histórica” de Enrique Peña Nieto, muchas cosas han cambiado desde que el exprocurador Murillo Karam diera a conocer los resultados de la indagación.
El informe de Peña Nieto decía que no existían pruebas de que autoridades locales o federales participaran en los sucesos del 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala. También detallaba que el grupo Guerreros Unidos confundió a los jóvenes normalistas con sicarios de la banda rival “Los Rojos”.
Según la entonces PGR, los estudiantes fueron asesinados y sus cuerpos incinerados en el basurero municipal de Cocula. Además, mencionaba que los estudiantes de Ayotzinapa fueron detenidos el 26 de septiembre de 2014 por policías corruptos en Iguala y entregados a Guerreros Unidos.