La construcción y después operación del tramo 5 del Tren Maya pone en riesgo uno de los dos mantos acuíferos más importantes que hay en México, explicó Guillermo D’ Christy, hidrólogo experto en calidad del agua.
En entrevista con EL FINANCIERO, el especialista señala que la basura que se genera con la construcción y el concreto que se usa para construir los soportes podría contaminar toda la reserva de agua.
“Si desean meter pilotes o meten concreto o alguna cosa, todos los aditivos de ese tipo de materiales pueden afectar el manto acuífero, el cambio del curso de los flujos de agua y contaminantes derivados de ello”, explicó.
De acuerdo con el experto, este problema no acabará cuando el Tren Maya ya esté en funcionamiento, puesto que “cualquier derrame que se pueda tener pone en riesgo a la reserva de agua”.
El hidrólogo también expresó su preocupación al explicar que esto podría llevar a un nuevo problema, cómo podrían ser sequías en la zona.
“Un estudio acaba de manifestar que ha ido aumentando la temperatura en las zonas urbanas de Cancún y Playa del Carmen (en Quintana Roo), y obviamente ha ido aumentado porque cada vez metemos más concreto, y esto genera también procesos de cambio climático”, alertó Guillermo D’ Christy.
En este sentido, expuso que este incremento en la temperatura se va a reflejar en menos capacidad de lluvia en la selva, y por lo tanto, menos capacidad del agua de lluvia.
Esto es preocupante, luego de que la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) dio a conocer los bajos niveles de agua que hay en las presas del país, al igual que las sequías que se han presentado en el norte de México.
Durante la conversación, D’ Christy añadió que los daños causados por el proyecto del Tren Maya provocarán que no sea suficiente el agua dulce para los asentamientos que buscan llevarse a cabo.
“El que crezca la población, se calcula que para 2030 podamos tener casi dos millones más de personas en toda la Península de Yucatán, entonces toda esa gente que va a llegar, va a requerir servicios sanitarios, la pregunta es ¿de dónde va a salir esta agua?”.
Al respecto, sostuvo que “los datos demuestran que en probablemente 10 o 15 años estaremos empezando a sufrir un proceso de estrés hídrico. Esto quiere decir que vamos a estar sacando más agua del manto acuífero que lo que el manto tiene capacidad de regenerar”.
Según el hidrólogo, no será tan fácil como comprar plantas para quitarle la sal al agua de mar, ya que estas requieren una gran inversión, además de que los pozos se van a llenar de agua salada, sustituyendo al agua dulce.
¿Qué otros efectos puede ocasionar la construcción del tramo 5 del Tren Maya?
Gemma Santana, representante de la organización Selvame del Tren, compartió la preocupación del experto durante una conversación con este diario.
Según ella, es muy grave que el Tren Maya pase por encima del sistema de ríos subterráneos y cenotes más grande del mundo.
“Por ahí pasa agua virgen, como le llaman los mayas, y es donde empezó el color de la Riviera Maya. Al contaminarse definitivamente va a cambiar la tonalidad y se va a perder el atractivo de toda la región”, aseguró.
Reflexionando sobre los riesgos que implica la construcción del Tren Maya, Guillermo D’ Christy resume el problema en una frase: “Hoy por hoy, le estamos dando en la torre a la selva más importante que nos queda en México y en Norteamérica”.