El diputado de Movimiento Ciudadano, Salvador Caro Cabrera, explotó contra el legislador de Morena, Oscar Cantón, a quién le aventó un paquete de lo que parecen ser cotonetes “por si no escucha bien”, luego de que el oficialista le llamara “Salvador Barato”.
Esto ocurrió en la Reunión Ordinaria de Puntos Constitucionales que tuvo lugar este martes 13 de septiembre en torno a las discusiones sobre la iniciativa del PRI de mantener a las Fuerzas Armadas en las calles hasta 2028.
En un principio, Oscar Cantón dijo que le recomendaba al diputado “Salvador Barato que piense antes de hablar, que se oxigene y que piense por México antes de decir las cosas”.
Salvador Caro, quien no pudo responder sino hasta el final de la discusión, alegó que era reprobable utilizar este tipo de insultos, aunque después se lanzó contra la edad de Cantón y le aventó el paquete de cotonetes “por si no escucha bien”.
“Me parece reprobable y es un insulto a mi familia, a quiénes se apellidan en México como un servidor... A mí no me llega calor lo dicho porque comprendo la edad y la situación de quién lo hizo, y mi apellido es Caro, Caro Cbrera, y le voy a regalar unos cotonetes por si no escucha bien por su edad, lo haga de aquí en adelante”, dijo el diputado de Movimiento Ciudadano.
Oscar Cantón recibió posteriormente el paquete de cotonetes entre risas burlonas, y el momento chusco fue acompañado con la sorpresa de la diputada de Morena, Andrea Chávez, quien entre bostezos y risas estuvo en medio del reclamo de Caro Cabrera.
Para que se limpien las orejas más seguido. Di. pic.twitter.com/f6ylIklxZE
— Diputados Out of Context (@DiputadosOut) September 13, 2022
Esta es la segunda ocasión que le cambian el nombre al diputado de Movimiento Ciudadano recientemente, ya que el 8 de septiembre el presidente de la Cámara de Diputados, Santiago Creel lo llamó “Salvador Caro Quintero”, con un apellido que hace referencia al narcotraficante fundador del cártel de Guadalajara que actualmente se encuentra preso.
Creel le ofreció disculpas luego de sonrojarse tras las risas de los legisladores.