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‘Fantasma’ del narco ronda a políticos en Tamaulipas

Diversos documentos y fotografías denuncian o insinúan vínculos entre los políticos de Tamaulipas y los cárteles. Los implicados retan a demostrarlo.

Francisco García Cabeza de Vaca fue acusado en 2016 de presuntos vínculos con el Cártel del Golfo. (Cuartoscuro)

Las rencillas políticas evocan los peores fantasmas del pasado, como ha sucedido en Tamaulipas, donde el aún gobernador, Francisco Javier Cabeza de Vaca ha sido señalado (de nueva cuenta) por supuestos vínculos con la delincuencia organizada, operaciones con recursos de procedencia ilícita y defraudación fiscal equiparada.

Esta semana, el mandatario estatal volvió a colocarse en el ojo del huracán, luego de que el mandatario electo de Tamaulipas por Morena, Américo Villarreal Anaya, denunció que Francisco García Cabeza de Vaca ordenó a un juez de control liberar ocho órdenes de aprehensión en contra de él y de personas que integrarán su gabinete.

Las acusaciones ocurren luego de que a través de notas periodísticas se diera a conocer que hay investigaciones en contra del gobernador electo por presuntos vínculos con el crimen organizado.

¿Cuál es el presunto vínculo de Cabeza de Vaca y Américo Villarreal con el crimen organizado?

En 2016, durante la campaña por la gubernatura de Tamaulipas, Héctor Crescencio de León Fonseca, líder del Cártel del Golfo, acusó a Francisco Javier García Cabeza de Vaca, entonces candidato, por recibir pagos de dicho grupo.


El “R3″, capturado el 7 de enero de 2016, en Altamira, Tamaulipas, declaró ante policías federales: “Tengo conocimiento que mi jefe el “R2″ y/o el “Toñín”, identificado como Marco Antonio Haro Rodríguez, le entrega dinero a un político de nombre Francisco Javier Cabeza de Vaca. Esto lo sé porque cuando le entrego el dinero que recojo, él me menciona que ese dinero es para el político Cabeza de Vaca”.

Ante estos hechos Alejandro Díaz Durán, de Morena, acusó a García Cabeza de Vaca de tener vínculos con el Cártel del Golfo y Los Zetas.

Luego de una investigación de 10 meses, por parte de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), en agosto de 2020, se señaló que García Cabeza de Vaca se había favorecido de presuntas ganancias del crimen organizado, por lo que se le acusó de enriquecimiento ilícito, desvío de recursos y defraudación fiscal.

Tras las elecciones del pasado 6 de junio, el periodista Raymundo Riva Palacio expresó que junto a los comicios también apareció el crimen organizado, principalmente por el Cártel de Sinaloa y los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán.


A través de su columna titulada Elecciones: la mano del narco, publicada en El Financiero, Riva Palacio señala que específicamente en las elecciones de Tamaulipas, las disputas entre el crimen organizado y su vinculación con las autoridades fueron una variable determinante en el resultado ―con el triunfo de Américo Villarreal― y en la violencia cercana a la jornada electoral.

Más que ser un conflicto entre cárteles, la jornada electoral en Tamaulipas se debió a una “confrontación con el gobierno” de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quien habría tenido una presunta intromisión en el proceso electoral, y por otro lado está la Columna Armada Pedro J. Méndez, un grupo de autodefensa que con el paso del tiempo se habría convertido en una organización criminal aliada con el Cártel del Golfo.

“La Columna se vinculó con el Cártel del Golfo que, a su vez, estableció una alianza con la facción del Cártel de Sinaloa que controlan los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, para enfrentar a sus rivales, vinculados a Los Zetas y a quienes han establecido nexos con el CJNG”, escribió Riva Palacio.

Al principio de la administración de Cabeza de Vaca, dicha Columna Armada habría respaldado al mandatario de Tamaulipas, sin embargo, en los últimos tres años la relación se habría distanciado y la llamada “Columna” se habría acercado más al Gobierno Federal de la mano del exsubsecretario de gobernación, Ricardo Peralta, muy cercano a Olga Sánchez Cordero.

Cabe señalar que, Américo Villareal, gobernador electo de Morena en Tamaulipas, lleva tiempo nutriendo diversas carpetas de investigación sobre irregularidades en las contrataciones de su antecesor, las cuales podrían convertirse denuncias y, en unos 30 días más, en procesos judiciales, de acuerdo con el periodista Darío Celis.

“Se le sumarán querellas por lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y peculado, construidas ya con información extraída del gobierno estatal, analizada y sistematizada por el equipo del extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, asesor externo de Villarreal”, expresó el periodista en su columna La Cuarta Transformación.



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