Investigadores de la UNAM plantearon mayor profesionalización de los sistemas de inteligencia en México, “a través de una menor dependencia del componente militar y mayor desarrollo de capacidades civiles”.
Un estudio titulado Los servicios de inteligencia en México, ayer y hoy, del Instituto de Investigaciones Sociales plantea que el nuevo Centro Nacional de Inteligencia “debe ser una institución de Estado: no tiene que obedecer a lealtades personales; no tiene que obedecer a una cuestión de esa naturaleza, sino a un perfil netamente institucional; debe estar sujeto a reglas y límites”.
Coordinado por los investigadores Otto René Cáceres y Lucía Carmina Jasso, el estudio advierte que al inicio del actual gobierno “se planteó que este nuevo aparato de inteligencia no sería dependiente de la Secretaría de Gobernación, sino de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, buscando con ello reducir la injerencia del Ejecutivo en materia de seguridad”.
También, “terminar con los vicios inherentes a los servicios de inteligencia en México, en cuanto a labores de inteligencia y espionaje civil y político, contar con mecanismos de control, seguimiento y acceso a la información más abiertos, así como llevar a cabo una apertura de inclusión a la comunidad académica y la sociedad civil”, destaca.