La oficina de derechos humanos de Naciones Unidas condenó el viernes el asesinato del activista Filogonio Martínez Merino, que se oponía a la construcción de una represa en el estado sureño de Oaxaca.
Los fiscales de Oaxaca dijeron que el cuerpo de Martínez fue hallado el miércoles sin señales de violencia. Pero la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos dijo que lo habían matado a balazos.
Era miembro del grupo Consejo de Pueblos Unidos por la Defensa del Río Verde, que desde 2008 lucha contra los planes de construir una represa hidroeléctrica en ese río.
Recientemente, las poblaciones de la zona ganaron una batalla judicial contra el proyecto del gobierno. En la región también abundan los conflictos por tierras.
El consejo dijo que otros cinco activistas contra la represa fueron asesinados en 2021, tras lo cual las autoridades estatales les prometieron protección.
México se ha vuelto el lugar más mortífero del mundo para los activistas ambientales y de defensa de la tierra, según una investigación global de la ONG Global Witness.
En 2021 asesinaron a 54 activistas, comparado con 33 en Colombia y 26 en Brasil. En el año mataron a 200 activistas en todo el mundo, según el grupo.
México, el país más letal para defensores ambientales: Global Witness
Unos 200 activistas ambientales y de la tierra fueron asesinados en el mundo en 2021, incluidos unos 54 en México, que se convirtió en el país más peligroso para los luchadores sociales, según el informe anual de la organización no gubernamental Global Witness.
Más de tres cuartas partes de los homicidios ocurrieron en América Latina, donde Colombia, Brasil y Nicaragua también registraron cifras de dos dígitos en homicidios.
Fue el tercer año consecutivo de incrementos en México, y un aumento en comparación con los 30 activistas asesinados en 2020.
“La mayoría de estos crímenes ocurren en lugares distantes del poder y son cometidos contra aquellos que en muchos sentidos tienen el menor poder”, se dijo en el informe.
Global Witness considera su informe un punto de referencia, y subrayó que “nuestros datos sobre los asesinatos posiblemente sean menores a los reales, dado que muchos no son denunciados, en particular en zonas rurales y en ciertos países”.