Aunque el inicio de año de la economía mexicana ha sido mejor a lo previsto, en febrero mandó señales de desaceleración, pues habría crecido 0.1 por ciento mensual, desde el 0.6 por ciento de enero, de acuerdo con el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) del INEGI.
El dato incluso se ubicó por debajo de lo estimado por el propio INEGI que anticipó una expansión de 0.7 por ciento mensual en febrero, según el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE).
“En México, el IGAE creció en febrero 0.14 por ciento mensual y 3.85 por ciento anual. Con esto, el IGAE registró su tercer mes consecutivo de crecimiento, aunque mostrando desaceleración, considerando que los aumentos de enero y diciembre fueron de 0.62 por ciento y 0.41 por ciento, respectivamente”, escribió la directora de análisis económico de Banco Base, Gabriela Siller.
Al interior del IGAE de febrero se observó una contracción de 0.1 por ciento mensual en las actividades terciarias, su primer dato negativo tras dos meses al alza; mientras que las secundarias anotaron un avance de 0.7 por ciento, luego de un retroceso de 0.1 por ciento en enero, según cifras desestacionalizadas.
Las actividades primarias, que tienen un menor peso en el PIB de México, repuntaron 4.2 por ciento mensual en febrero, desde una caída de 6.4 por ciento a inicios del año.
Respecto a febrero del año pasado, el IGAE tuvo un crecimiento de 3.9 por ciento que, si bien fue mejor al 3.7 por ciento de enero, estuvo por debajo del 4.2 por ciento estimado por el propio INEGI en el IOAE.
En el desglose, las actividades terciarias crecieron 3.8 por ciento, menor al 4.7 por ciento de enero; al tiempo que las secundarias repuntaron 3.5 por ciento, su mejor dato en cinco meses, y las primarias repuntaron 8.2 por ciento, su mayor alza en 20 meses.
Andres Abadia, economista en jefe para Latinoamérica de Pantheon Macroeconomics, dijo que hacia los próximos meses el impulso del crecimiento se desacelerará marginalmente ante la elevada inflación, el efecto rezagado de las condiciones financieras más estrictas y un enfriamiento en las remesas.
“Además, es probable que la actividad manufacturera permanezca bajo presión en el segundo trimestre, debido principalmente a la desaceleración industrial de EU. Sin embargo, es probable que la segunda mitad del año sea mejor, suponiendo recortes en las tasas de interés y una economía estadounidense más fuerte a partir del cuarto trimestre”, dijo Abadia.