Arropado por su círculo político más fiel, con la agenda completamente en blanco y colmado del altavoz de las redes sociales, Marcelo Ebrard se despidió de la Cancillería de México este lunes.
Marcelo —como aseguró que le gustaría que lo conocieran de ahora en adelante— señaló que el país cuenta con prestigio y capacidad de acción propia en todos los foros internacionales.
El exfuncionario fue citado al mediodía de este lunes en Palacio Nacional, donde sostuvo una reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Más tarde, ataviado de una playera con la frase ‘sonríe, todo estará bien’, caminó por las calles del Centro Histórico y aseguró que siempre será el ‘carnal’ del mandatario federal.
‘Me dedicaré a partir de hoy a otra muy importante labor que es la de defender a la Cuarta Transformación y ver por su permanencia y consolidación en los años por venir. Seguimos en la misma causa, de modo que no me despido, sino solo le digo hasta pronto. Le deseo muchos éxitos en bien de México, señaló Ebrard a través una carta dirigida a López Obrador.
Según se lee en el texto de despedida, estar frente a la Secretaría de Relaciones Exteriores se trató de un trabajo arduo, pero muy gratificante.
Apenas unos meses antes, Ebrard abanderaba una lucha contra la pandemia por coronavirus. Con él, México se convirtió en uno de los primeros países en América Latina en tener la vacuna COVID. Tuvo el olfato de defender al país del tráfico de armas provenientes de Estados Unidos y protegió a los mexicanos en el exterior.