Se acerca el solsticio de verano, el fenómeno donde ocurre el día más largo y la noche más corta del año para marcar el fin de la primavera.
Con ello, el verano dará inicio en punto de las 8:57 horas, del miércoles 21 de junio, con la presencia de altas temperaturas, lluvias y días soleados, temporada en la que los niños de educación básica disfrutan de un periodo vacacional, tras el cierre del ciclo escolar 2022-2023.
¿Qué es el solsticio de verano?
El solsticio de verano es un evento astronómico celebrado por distintas culturas en el mundo y ocurre cuando el Sol alcanza su posición más alta en el cielo y, con ello, arriba la estación más cálida del año. Los solsticios, junto con los equinoccios, están conectados con las estaciones, las cosechas y el sustento, detalló la investigadora del Instituto de Astronomía, de la UNAM, Julieta Fierro Gossman.
“El solsticio de verano es el momento del año en el que el Sol, en su movimiento aparente, pasa por uno de los puntos de la eclíptica más alejados del ecuador y en el que se registra la máxima diferencia de duración entre el día y la noche”, explicó la especialista.
Aunque el hemisferio norte recibe más luz solar que en cualquier otro día del año, esto no significa que el primer día del verano sea más caluroso.
El fenómeno esta asociado a la inclinación de la órbita de la Tierra con relación al Sol, lo cual influye en la cantidad de luz solar que recibe cada mitad del planeta, lo que a su vez determina el cambio de las estaciones, señala la NASA.
Se le llama solsticio de verano porque alude al término “Sol quieto”; parece que día con día el astro rey se mueve menos, que permanece por mucho tiempo en un solo lugar (hemisferio norte) y después en el otro (hemisferio sur) y, si se observa bien, “podremos notar que forma el símbolo del infinito. A esa figura se le llama Analema”, comentó Julieta Fierro.
México tiene solo dos estaciones
Sin embargo, en la República mexicana, debido a los nublados y granizadas de la temporada de lluvias, no se percibe el cambio de estaciones. De hecho, en nuestra nación hay prácticamente dos estaciones: la de secas y la de lluvias; los calendarios mesoamericanos se regían por ello. “Eso es algo muy importante, ya que la mano de obra debía irse a cultivar la tierra y el año calendárico iniciaba en mayo, con el comienzo de las lluvias, cuando los trabajadores debían estar en el campo”.
En cambio, durante los meses de invierno: noviembre, diciembre, enero y febrero, cuando no llueve, la mano de obra se dedicaba a la construcción de monumentos, así como a realizar mercadeo.
“Mesoamérica era una región vastísima, desde el centro de México hasta Centroamérica, y había comercio en toda esa región del mundo, así que había fiestas especiales de comercio en cada país, y por ello era tan importante tener un calendario igual para todos. Básicamente estaba dividido para conmemorar el inicio de las lluvias y había que preparar los campos, cultivarlos, recoger las cosechas”, añadió la científica.