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Caso Ayotzinapa: GIEI señala a la 4T y el Ejército por actitud opaca

El presidente López Obrador ha hablado de la apertura ante el GIEI, pero el grupo ha tenido que escudriñar archivos del Estado para seguir el caso Ayotzinapa.

Familiares asisten al informe del GIEI sobre el caso de la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa. (Cuartoscuro)

Instituciones del gobierno de la Cuarta Transformación, como el Ejército, la Marina y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), mantienen una actitud de opacidad y mentira sobre el caso Ayotzinapa, advirtió el Grupo Interdisciplinario de Especialistas Independientes (GIEI).

Al emitir su sexto y último informe de actividades como grupo externo de investigación del caso, Ángela Buitrago y Carlos Beristain, miembros del GIEI, enumeraron una serie de evidencias que acreditan la actitud de dichas instituciones para no abrir los archivos del caso.

“El músculo del Estado estaba presente, actuaron y no protegieron, saben y sabían lo que pasó. El ocultamiento de esa información ha significado el ocultamiento de responsabilidades y se ha constituido, en sí misma, en una responsabilidad del Estado sobre la desaparición de los jóvenes”, dijo Beristain.

En conferencia, dijo que, si bien el presidente Andrés Manuel López Obrador manifestó una apertura al GIEI, la realidad es que, literalmente, tuvieron que escudriñar en los archivos del Estado para obtener la información, incluso alguna de la cual estuvo a punto de ser tirada a la basura.


“El núcleo de negaciones y mentiras acumuladas en este caso no es fruto de la inercia o de la burocracia institucional, existe una intencionalidad que no deja aclarar los hechos y oculta parte sustancial de los mismos. Las respuestas de negación de Sedena, Semar y CNI, es un comportamiento más corporativo que comprometido con el conocimiento de la verdad”, agregó.

Beristain explicó que, de la opacidad de la Sedena, Marina y CNI se ha informado puntualmente al Presidente Andrés Manuel López Obrador y consideraron que esa actitud amerita una sanción, pero no es el GIEI sino el propio gobierno mexicano quien debe investigar y resolver.

Buitrago y Beristain dieron a conocer una serie de rastreos que hicieron a las redes de telefonía móvil de los actores implicados en el caso, con base en lo cual se conoció contradicciones, mentiras y alteración de informes por parte del Ejército, Marina y CNI (antes Cisen).

Dijeron que con base en ese análisis se conoció, por ejemplo, que el Ejército supo e informó minuto a minuto, incluso a los mandos en Ciudad de México, sobre lo sucedido la noche del 26 y 27 de septiembre del 2014.


Además, se descubrieron mentiras de las fuerzas armadas sobre la actuación de su personal. Un ejemplo es el hallazgo del cuerpo del normalista Julio César Mondragón, de lo cual hay tres versiones, sobre la hora y lugar del hallazgo, dadas por diversos batallones del Ejército.

Sobre la Marina, dijeron que si bien los días de los hechos no tuvieron participación, si lo hicieron, incluso con inteligencia, detenciones e interrogatorios, a partir del 28 de septiembre; lo mismo que ocurrió con el CNI.

Dijeron que la Marina, oficialmente ha dicho que solo hizo trabajo de seguridad perimetral y bajo la orden de la Fiscalía, pero la realidad es que hay evidencia de la participación de elementos de Marina en investigación de inteligencia, detenciones y en actos de tortura de detenidos.

En el caso del CNI (antes Cisen), dijeron que el día de los hechos hubo un agente de dicha institución en el lugar de las agresiones y sus agentes participaron en el interrogatorio y tortura a algunos de detenidos.

Sobre el paradero de los normalistas, dijeron que han aportado información a las autoridades sobre más personas implicadas e incluso posibles lugares donde pudieran estar los restos de los normalistas.

Reconocieron que el caso ha estado envuelto en una mentira en la que participaron más de 200 personas de 6 corporaciones municipales, estatales y federales, la cual se ha prolongado por 9 años.

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