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Agobiados, van a hospitales, MP y hasta Semefo a buscar  familiares

Viven la misma angustia personas de Acapulco, de más ciudades de México y de otros países, que van de un lado a otro.

“En el Semefo no nos dicen cuántas mujeres hay, si alguna coincide con las características de mi hermana; no nos quieren dar ninguna información", expuso Jazmín Andrade Rodríguez, quien busca a su hermana Abigaíl. [Fotografía. Alfredo Domínguez]

La última vez que Abigaíl se comunicó con su pareja fue en un video en el que le dijo “te amo mucho. Cuídate, cuida a las niñas”.

Era la medianoche del miércoles y el huracán Otis estaba entrando al puerto de Acapulco y toda la costa estaba llena de embarcaciones, cuya tripulación tenía la “obligación” de resguardarse.

Abigaíl no aparece desde entonces y su familia, como la de muchos marineros (ellos hablan de, al menos, 84) han ido a hospitales, al Ministerio Público, a la Marina y al Servicio Médico Forense para preguntar, pero nadie les da respuesta.

“En el Semefo no nos dicen cuántas mujeres hay, si alguna coincide con las características de mi hermana; no nos quieren dar ninguna información, supuestamente hasta que tengan todos los cuerpos para sacarle fotos y trabajar cuerpo por cuerpo”, dijo a El Financiero Jazmín Andrade Rodríguez, hermana de Abigaíl.


Explicó que sólo “nos piden datos del desaparecido y muestra de sangre de un familiar directo, que lo van a analizar y nos avisan. Yo voy a seguir luchando para encontrar a mi hermana, sea lo que sea, sea que me canse, que camine todo, yo la voy a encontrar”, advirtió en medio del llanto de dolor.

Con ella hay cuatro personas desaparecidas (el capitán, Ulises, Parra y Alejandro), todos tripulantes de la embarcación Litos, la cual también está desaparecida.

Pedro Espinosa García es otro marinero desaparecido. Él salió de su casa el martes, apenas unas horas antes de que la fuerza de Otis pegara con la mayor furia. Él es capitán del yate Tiger y, como tal, sabía de la obligación de resguardar la nave ante el mal tiempo. Junto con su marinero Eduardo Rosales abordaron la embarcación, un Asimud de 58 pies.

“Él me dijo que tenía que ir a ver lo del yate, que lo iba a pasar a la Marina, donde se supone que están mejor resguardadas. El último mensaje que me mandó dice: ‘vamos a salir de ésta, mi amor, nos vemos mañana. Cuida a las niñas. Las amo”, dijo Karen Piedra, esposa de Pedro.


Él no aparece y Eduardo sobrevivió tras pasar seis horas a la deriva luchando con los fuertes vientos y olas de hasta 10 metros, según narró él mismo a este diario.

Al igual que los familiares de Abigaíl, la esposa de Pedro ya recorrió cualquier cantidad de instituciones, sin recibir respuesta.

“No nos queda otra que seguir buscando hasta el último rincón de Acapulco”, indicó la mujer.

El drama de los desaparecidos no es exclusivo de los acapulqueños, ni siquiera de los mexicanos. En la fiscalía de Guerrero señalaron a este diario que las embajadas de varios países están mandando alertas por sus ciudadanos de los que no se tiene noticia, y que estaban dedicados a ello también. Ayer, un ciudadano canadiense fue localizado y puesto en comunicación con su embajada.

En ese sentido, la canciller Alicia Bárcena aseguró que, gracias a los esfuerzos de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexcid), se pudo repatriar a 263 extranjeros que estaban en Acapulco.

Durante el Encuentro de Agencias de Cooperación Internacional, la canciller resaltó que esto se logró, “a pesar de los inconvenientes generados por los problemas de comunicación”.

Por separado, a través de su cuenta de X, Bárcena confirmó la localización de los ciudadanos colombianos y peruanos que se reportaban como desaparecidos en la zona de Acapulco.

La secretaria de Relaciones Exteriores detalló que se trata de 59 personas provenientes de Colombia y 52 de Perú, quienes ya están fuera de la zona afectada, al tiempo que agradeció a las embajadas de las naciones sudamericanas por su colaboración.

Con información de Pedro Hiriart

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