La Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) levantó el freno que impedía que se realizaran corridas de toros en la Plaza México.
A propuesta de la ministra Yasmín Esquivel, los cuatro ministros que actualmente conforman la sala decidieron revocar una suspensión que se había otorgado a la asociación Justicia Justa.
Este freno había sido otorgado a la entidad por el titular del Juzgado Primero de Distrito en Materia Administrativa, Jonathan Bass Herrera, desde mayo de 2022.
Sin embargo, Esquivel Mossa consideró que este freno no se puede sostener, ya que la Plaza México tiene todos los permisos requeridos para llevar a cabo el evento, además de que este no es ilegal, según la ley mexicana.
“La concesión de la suspensión afectaba derechos legalmente constituidos a favor de las personas que participan en las corridas de toros, pues se trata de una actividad legalmente reconocida como lícita, que, inclusive, se ha regulado a través de diversos instrumentos normativos”, expuso la ministra.
A pesar de haber abierto la puerta a que regrese la fiesta brava a la Plaza México, es importante resaltar que ésta no es una decisión final, ya que los ministros únicamente se posicionaron por la suspensión.
Aún falta que Bass Herrera resuelva el asunto de fondo, y en caso de otorgar el amparo a Justicia Justa, este recurso podría regresar al máximo tribunal, y en ese caso ya podría tomar una decisión final.
También es necesario apuntar que, para que se reanuden las corridas, primero es necesario que la Corte notifique oficialmente su decisión al juzgado, lo que se espera que suceda antes del 15 de diciembre, fecha en la que inician las vacaciones del Poder Judicial.
En su sentencia, el juzgador expuso que otorgó esta medida ya que “la sociedad está interesada en que se respete la integridad física y emocional de todos los animales”.
Sin embargo, la propia Corte ya ha dicho que la protección al medio ambiente, algo que Justicia Justa busca establecer, no implica la protección absoluta de todos los animales, ya que algunos no forman parte de la vida silvestre ni de ecosistemas que se deba proteger, como el caso del toro de lidia.