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Marcha por la Democracia: El Zócalo, desbordado y a reventar, exige ‘voto libre’

‘Democracia sí' y ‘la ley es la ley’ fueron algunas de las consignas de la llamada marea rosa en la marcha de ayer

“Estamos frente a un proyecto de reinstauración autoritaria que pretende revertir avances democráticos y volver a partido hegemónico”, reclamó el expresidente del INE, Lorenzo Córdova. [Fotografía. Adolfo Vladimir/Cuartoscuro]

“¡Hay que compactarse!”, pedían desde el templete. El Zócalo se sentía a reventar, pero había gente en las calles intentando entrar. El color rosa predominaba hasta en los balcones frente a Palacio Nacional. “Activistas de balcón”, bromeó una persona que estaba bajo el rayo sol.

Con pequeños pasos, y entre disculpas por los choques naturales cuando se está así de apretado, se buscó hacer más espacio. “¡Que Martí Batres nos cuente bien!”, se escuchaba.

El 26 de diciembre de 2023, cuando se llevó a cabo la segunda manifestación de la llamada Marea Rosa, y con la que los ciudadanos reclamaron el Plan B con el que se buscaba desmantelar al INE, asistieron alrededor de 500 mil personas. Ahora, “¡somos 700 mil!”, gritó Fernando Belauzarán, uno de los organizadores de este movimiento, en el micrófono. La respuesta fue un rugido de gritos y aplausos.

El templete estaba instalado frente al Balcón Presidencial. Esto fue un cambio radical en relación con los dos primeros movimientos, que buscaban proteger al INE y a la SCJN.

El levantamiento a este veto –aplicado en aquella ocasión para evitar una afrenta directa contra el mandatario– también se hizo presente en el grito de “¡Fuera López!”, “¡Narco presidente!” y “¡López Obrador, eres un traidor!” y “¡La ley es la ley!”.

Este reclamo contra el presidente se hizo extensivo a la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum. Algo que se hizo evidente con la figura de una diabla que cargaba un asistente, Eduardo Silva.


Adornada con una coleta de caballo, aretes de corcholata y un bastón de mando, Eduardo explicó que este es un Judas de los que se queman en Semana Santa en representación del mal.

La Campana de Catedral estaba ligeramente inclinada hacia adelante, como viendo a los ciudadanos reunidos frente a ella, con dos reclamos: que se respete la ley y que no se toque la democracia.

Al igual que en la segunda manifestación, cuando, a diferencia de la primera marcha que terminó en el Monumento a la Revolución, los capitalinos se animaron a llegar a la Plaza de la Constitución, las autoridades quitaron la bandera que ondea en la plancha del Zócalo.

Lo hicieron como diciéndole a los mexicanos que se manifiestan en contra de la actuación del gobierno que no tienen derecho a ser cobijados por los símbolos patrios.

No importó, los ciudadanos llevaron las suyas en respuesta. De diferentes tamaños, de tela y de papel, o hasta pintadas en las caras de los asistentes, el verde, blanco y rojo se mezcló con el rosa que ha distinguido a este movimiento.

Prácticamente a las 11:30 subió al escenario, entre aplausos, Lorenzo Córdova, expresidente del INE y orador único de la manifestación. “Lorenzo el valiente”, le gritaron algunos, recordando la defensa de la autonomía que llevó a cabo cuando estuvo al frente del organismo electoral.

Con Palacio Nacional a su espalda, Córdova Vianello alertó por tres puntos que se han visto amenazados durante el gobierno actual: las reglas que permiten el voto libre, las instituciones y la Constitución misma.

Al hablar sobre esta primer alerta, el expresidente del INE usó una metáfora al sostener que “nos pasamos más de 40 años construyendo una escalera, cada vez más sólida, cada vez más robusta, cada vez más firme, para que quien tuviera los votos pudiera acceder al primer piso y hoy, desde el poder, quien llegó a ese primer piso por la libre voluntad de la ciudadanía –López Obrador– , pretende destruir esa escalera para que nadie más pueda transitarla”.

En cuanto a las instituciones, el ahora académico resaltó que éstas han recibido un feroz ataque y un acoso permanente, en el que sus integrantes han sido incluso amenazados y perseguidos, pues se han presentado denuncias penales y juicios políticos. A las instituciones –reclamó– se han hecho recortes brutales a sus presupuestos; se les ha amenazado mediante iniciativas constitucionales que buscan desmantelarlos o limitarlos en sus funciones; se ha intentado a su captura “imponiendo a personeros de los intereses del oficialismo”.

En ese sentido, aclaró que las instituciones ¡claro que sí, pero sólo si es para mejorarlas! Si lo que se quiere es desmantelarlas, destazarlas o capturarlas, lo decimos fuerte y claro, si es para eso, ¡claro que no se tocan!”.

Finalmente, lamentó las reformas que busca impulsar el presidente, ya que –sostuvo– éstas buscan la concentración y perpetuación del poder.

“Estamos frente a un proyecto de reinstauración autoritaria que pretende revertir avances democráticos y volver a partido hegemónico”, reclamó el expresidente del INE. Asimismo, insistió a la ciudadanía que hay que decirle “sin titubeos” a los candidatos que , “la ley sí es la ley”, sostuvo Córdova y recibió aplausos y el coro de “¡La ley es la ley!”.

Una vez que terminó, subieron 20 banderas para entonar el himno nacional, y recordar que en México caben todos.

Fue hasta que terminó que los mismos ríos que llenaron la plaza se volvieron a mover, ahora para poder salir.

La gente iba contenta, bailando y tomando fotos. El ánimo de felicidad dejaba un sentimiento en el aire: vamos a volver a salir las veces que sean necesarias.

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