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Santuario El Nido ‘abre las alas’: Esto sabemos sobre su reapertura y el largo cierre

¿Alguna vez haz visto un tucán, un quetzal o una grulla? En este santuario de Ixtapaluca es posible visitar a estas y otras especies de aves.

¿Alguna vez has visto un quetzal? Queto vive en El Nido, un santuario en Ixtapaluca. (Mariana Villacetín)

Tras una clausura ordenada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) que debía durar pocos días, pero se extendió casi 18 meses, el santuario El Nido, donde habitan miles de aves, finalmente abrirá sus puertas.

En el aviario habitan más de mil aves de más de 100 especies, algunas de ellas en peligro de extinción o rehabilitadas luego de vivir maltrato. Además, alberga a otros animales rescatados, como la jaguar Samba, que vive en un espacio adaptado. La situación es similar para Roco, el mono capuchino que alguna vez fue mascota; y el lémur de cola anillada Teodoro, cada uno con hábitats amplios con juguetes y comida.

Se encuentra también una capibara y algunos emús que recorren el terreno libremente.

En El Nido vive la águila arpía Niza, una ave rapaz de gran tamaño que suele causar temor entre las personas y que ha sido objeto de mala fama, pues muchas veces es acusada de ser “una bruja”, debido a la forma de su rostro. Este ejemplar llegó al lugar luego de ser herida por cazadores y ahora está bajo el cuidado del equipo del santuario.


¿Dónde queda El Nido?

A partir del domingo 17 de marzo, este santuario estará abierto los fines de semana para que la población pueda acudir a conocer a las guacamayas, tucanes, canarios, flamingos, buhos, quetzales y demás aves que ahí habitan.

El lugar se encuentra en calle Progreso S/N, colonia Santa Bárbara, Ixtapaluca, en el Estado de México. Es un ‘pulmón’ en medio de una zona urbana, con viviendas y escuelas cercanas. Desde la alcaldía Iztapalapa de la Ciudad de México, se puede llegar al santuario en una hora en auto.

Si bien la reapertura es una gran noticia para El Nido, cuyo financiamiento depende de las visitas y en el cierre tuvo que recurrir a las donaciones, todavía falta camino por recorrer para salir de la crisis económica que enfrenta.

El santuario enfrentó las restricciones de la pandemia (2020 a 2022) y después las instalaciones fueron cerradas por Profepa desde septiembre de 2022. Ahora con la reapertura, El Nido está a punto de entrar en “otro tipo de crisis más favorable”, con escasos recursos, poco personal pero un gran ánimo por esta nueva aventura, señala Marco Silva, encargado de atención a medios del santuario, en una entrevista con El Financiero.


¿Cuál es el aviario más grande de México?

El Nido fue fundado por el veterinario zootecnista Jesús Estudillo López, en 1960. Este espacio nació primero como un criadero de pollos; años después, esa actividad terminó y se formó un lugar para albergar a los crácidos, que son una familia de aves galliformes que habitan en varios espacios de México, Centroamérica y América del sur. Y fue hasta los años 2000 que se decidió abrir el lugar al público.

¿Por qué El Nido es como un ‘Arca de Noé'? Este es un lugar importantísimo para la conservación de especies de aves, un banco genético de especies. Ahí se logró por primera vez la reproducción del quetzal en cautiverio, señaló Marco Silva, quien trabaja en el santuario.

Los quetzales son una especie considerada sagrada para las culturas mayas y otros pueblos originarios. Los bosques de niebla donde antes habitaban han ido reduciéndose y ahora es una especie en peligro de extinción, está protegida a nivel internacional.

En El Nido vive un quetzal macho llamado Queto, junto con su pareja (se trata de aves monógamas). En otro espacio en el mismo santuario vive otra pareja de quetzales.

¿Y cuánto cuesta mantener a un solo quetzal? Marco Silva explica que “son finos”, ya que comen blueberrys, aguacates e higos. Si bien su base alimenticia son la papaya y el plátano, la comida favorita de Queto y sus aves compañeras son las moras azules. La dieta de cada uno de los cuatro quetzales ronda los 5 mil pesos mensuales.

Esta ‘arca’ también es hogar del pavón cornudo, que es una ave poco conocida y en peligro de extinción, cuyo hábitat natural son los bosques de montaña.

Otras aves que puedes encontrar en el santuario son las guacamayas azules, la especie en que se inspiró el personaje de Blu de la película Río (2011); este guacamayo ya está extinto en su hábitat natural y solo hay algunos ejemplares en cautiverio.

¿Por qué cerraron El Nido?

En septiembre de 2022, El Nido recibió una inspección sorpresa de la Profepa. Estas son rutinarias y se realizan sin previo aviso para que la autoridad revise y constate que este tipo de espacios de conservación sí atienden de manera digna a los animales.

Marco Silva, encargado de comunicación del lugar, explica que en el momento de la visita, en el lugar que se ubica en Ixtapaluca no estaban los papeles originales que se requerían, solo las copias. Ante eso, la Profepa hizo una clausura preventiva y determinó que se debían presentar los documentos en los cinco días siguientes.

Lo que debía ser una clausura temporal que durara dos semanas se extendió por meses, apunta Silva en entrevista con El Financiero.

“Durante esta clausura parcial lo que la autoridad determinó es que teníamos prohibido ejercer cualquier actividad comercial. No podíamos vender boletos, vender galletas ni abrir el restaurante. Incluso aunque fuera un evento fuera de las instalaciones del Nido, nos arriesgábamos al cierre definitivo del espacio por saltar la medida cautelar”, explica Silva.

Esto fue un gran problema, ya que El Nido se mantenía a sí mismo con la venta de boletos para las visitas y con el restaurante. Durante todo ese tiempo de clausura, el santuario no podía realizar actividad comercial pero Profepa sí requería que se continuara con el cuidado de todos los animales que ahí vivían.

Aunque al principio la familia Estudillo absorbió una parte de todos esos gastos, con el paso de los meses los fondos se terminaron; así, se hicieron llamados en redes sociales para que la población hiciera donativos. El equipo sacó una lista de alimentos necesarios y muchas personas acudieron a dejar cajas de frutas y semillas.

Pero no es posible vivir de la caridad, cuando para atender a todas las aves y demás animales que viven ahí se necesitan cerca de 50 mil pesos al mes solo para las necesidades más básicas, apunta Silva.

La batalla legal del santuario con Profepa todavía está en proceso, pero el santuario ya puede recibir visitantes.

Así, reabre sus puertas al público este fin de semana. La venta de entradas en taquilla tiene un horario de 10 am a 2 pm de viernes a domingo.

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