Los gatos que residen en Palacio Nacional son muy afortunados, debido a que estos animalitos no tendrán la necesidad de buscar un nuevo hogar o comida en los próximos años.
Esto luego de una norma que fue establecida por el presidente Andrés Manuel López Obrador en la que se nombra a los gatos “activos fijos vivos”, estos son los primeros animales en México que reciben este título.
Este término financiero suele referirse a los edificios y muebles, pero el objetivo de esta medida obliga al Tesoro del país a proporcionar comida y cuidados a estos gatos por el resto de su vida, esto sin importar el cambio de mandato que ocurrirá a finales del 2024.
“Ellos están libres, tienen acceso a todas partes, entonces llegan a reuniones, entrevistas, caminan en frente de las cámaras”, comentó Jesús Arias, veterinario de Palacio Nacional.
En total son 19 gatos los que residen en uno de los edificios más emblemáticos del país, aquí se cuenta con inmensos salones que les permite pasearse y también pueden acechar a las palomas en los jardines.
“Los gatos ya son un símbolos de Palacio Nacional. Yo ya no entendería el Palacio Nacional sin la presencia de gatos”, comentó Adriana Castillo Román, directora general de la Conservaduría de Palacio Nacional y Patrimonio Cultural.
“Tenemos que dejar a los gatos asegurados”, añadió.
Curiosamente los gatos se sienten muy cómodos en el Palacio Nacional, lugar que se encuentra sobre el antiguo palacio del emperador mexica Moctezuma. En la antigua cultura azteca de Moctezuma no se veneraba a los gatos, sino a los perros sin pelo conocidos cómo xoloizcuintles, que eran incluso enterrados junto son sus amos.
¿Desde cuándo fueron aceptados los gatos en Palacio Nacional?
Los gatos fueron recibidos oficialmente en Palacio Nacional desde mediados del año 2019, así lo dio a conocer el coordinador general de Comunicación Social de Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas.
“Aquí todo el mundo quiere a los gatos, se les da de comer y se les atiende porque son parte de los habitantes de Palacio”, expresó anteriormente el funcionario Ramírez Cuevas.
En aquel momento, la facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se encargó de verificar su estado de salud y vacunas contra diferentes tipos de enfermedades, incluida la rabia.