Normalistas de Ayotzinapa protagonizaron ayer una nueva jornada violenta de protesta en la Ciudad de México, pues tiraron las vallas colocadas alrededor de la Secretaría de Gobernación, debido a que no los quisieron recibir.
Como ocurrió el lunes en Palacio Nacional, los normalistas también lanzaron cohetones y petardos, aunque esta vez no hubo personas heridas. El lunes, la protesta dejó 29 policías heridos.
Tras los hechos, la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, emitió un mensaje en X en el que se pronunció contra la violencia y aseguró que el gobierno no caerá en ninguna provocación. Dijo que las puertas de la dependencia que encabeza están abiertas, pero al diálogo.
“Las puertas de la Segob han estado y seguirán siempre abiertas al diálogo. Con respeto, hemos atendido las demandas de todas y todos y así lo seguiremos haciendo. Rechazamos la violencia, pues esta nunca abona a la construcción de acuerdos. No caeremos en provocaciones”, refirió.
La protesta de los normalistas, según sus propios líderes, no sólo está relacionada con la negativa del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador de retomar la mesa del diálogo con padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos en septiembre de 2014, y la liberación de ocho militares implicados en el caso.
Agregaron que también buscan retomar una mesa de diálogo con el gobierno sobre un pliego petitorio en el que exigen la ampliación de recursos presupuestales para la normal, y plazas para los egresados, entre otras demandas.
El lunes pedían una reunión con el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y, ante la negativa, lanzaron petardos y cohetones frente a la Puerta Mariana. Ahí, 29 policías de la Ciudad de México resultaron heridos por las esquirlas de los petardos; tres aún siguen hospitalizados y el resto ya fue dado de alta.
Ayer acudieron a la Secretaría de Gobernación, donde pedían ver a su titular, Luisa María Alcalde. No obstante, la policía les impidió el paso. Implementó un dispositivo de seguridad, que incluyó el despliegue de cientos de uniformados; además, se amuralló el perímetro de la dependencia con estructuras de metal.
Fue a las 19:00 horas, aproximadamente, cuando unos 50 normalistas lograron derribar las vallas colocadas en la calle de Bucareli.