Distintos países han volteado a ver a México para la relocalización de sus empresas, fenómeno conocido como ‘nearshoring’; sin embargo, cada vez menos mexicanos quieren trabajar en el sector de la manufactura.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) confirmó la semana pasada una reducción en la población de obreros, pese a que México cuenta con 579 mil 828 unidades económicas en Industrias Manufactureras, según datos del Censo Económico 2019.
Entre la población mayor de 15 años, el año pasado solo el 3.8 por ciento eran obreros, contra 5.1 por ciento identificados con ese rol en 2018, señaló la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) de 2023.
¿Por qué los mexicanos ya no quieren trabajar en fábricas?
Ante la disminución de la cantidad de obreros en México, Jonathan Ruíz Torre, columnista de EL FINANCIERO explicó que una de las razones por la que cada vez menos mexicanos quieren trabajar en fábricas se debe al salario.
“El pago promedio anual de Mondelez a sus trabajadores globales reportado en 2018 fue de 42 mil 893 dólares, equivalentes a unos 68 mil pesos mensuales en esos días. El dato reportado en 2023 cayó a 35 mil 707 dólares anuales, unos 53 mil pesos al mes al tipo de cambio del año pasado... Atención, es el promedio de todos, incluyendo a obreros y trabajadores de oficina”, expuso Ruíz Torre en la columna ¿Quién quiere hacer galletas Oreo?.
El columnista explicó que el problema para las nuevas generaciones se avecina respecto al tema de las pensiones.
“Hay avisos de una próxima baja en la disponibilidad de empleados en general por razones biológicas: cada vez menos gente tiene hijos y entramos en una fase que pone al país en la ruta al decrecimiento de su población... ¿Si habrá menos gente trabajando, quién pagará las pensiones de los millennials, como ellos hoy respaldan a sus padres de la generación de los baby boomers que demanda pensiones?”
“Una posible solución es la productividad, capacitar para que cada quien produzca cosas y servicios con tecnología y con más valor, independientemente del volumen”, concluye Ruíz Torres.