Al admitirse como aspirante a la dirigencia nacional del PAN, el diputado federal Jorge Romero aseguró que no es el delfín del actual líder Marko Cortés, y que no va por el “continuismo” en el partido.
Consideró que “no hubo una debacle” en el partido en el proceso electoral del 2 de junio, y que Acción Nacional “no se encuentra en coma”, “sólo hubo un descenso en la votación”, pero hay voces en el gobierno que “quieren descarrilar al PAN”. Dijo estar en contra de “visiones catastrofistas”, porque se trata de “ayudar y de revivir al PAN”.
En entrevista para el programa EntreDichos, de El Financiero Televisión, con el periodista René Delgado, Romero admitió que Marko Cortés “es mi amigo, es mi presidente; nunca, jamás voy a negar una amistad, pero algunas de sus decisiones las comparto, otras no”.
“Si por delfín se entiende un continuismo, como una especie de papel calca de que todo lo que se decidió mi persona haría exactamente lo mismo, eso es materialmente imposible”, dijo.
Explicó que, por ejemplo, estuvo en contra y que “no coincido en hacer público el caso de Coahuila” –el pacto con el PRI para repartirse los cargos en el gobierno del estado–, y señaló que “un partido tiene aciertos y tiene errores, y quienes aspiramos a dirigir una institución tenemos que hacerlo con mucha responsabilidad”.
Otra diferencia con el dirigente –dijo– es que, “como oposición, ya tengamos agenda propia y que no estemos girando siempre en torno a la agenda del gobierno. Por eso mucha gente no votó por nosotros”.
Además, consideró que “debe haber una pausa en la alianza electoral con el PRI y en la parte legislativa debe ser una alianza parcial, no total”.
Sobre las acusaciones que se han hecho en su contra, de ser parte del llamado ‘cártel inmobiliario’ –en el que los gobiernos del PAN en la alcaldía Benito Juárez han incurrido presuntamente en actos de corrupción y han pedido departamentos de lujo a cambio de permisos para la construcción de edificios irregulares–, afirmó que “no hay pruebas”.
“Llevan dos años con la canción del ‘cártel inmobiliario’ y no hay una sola imputación ante una institución ministerial”, dijo. “Me han perseguido, pero yo tengo mi conciencia tranquila.