Unos 200 miembros del Ejército Mexicano fueron desplegados este domingo en Culiacán, Sinaloa, para reforzar la seguridad en la zona tras la detención, el jueves 25 de julio, de los narcotraficantes Ismael ‘Mayo’ Zambada y Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín ‘Chapo’ Guzmán.
“Este 28 de julio de 2024, fueron desplegados 200 militares del Cuerpo de Fuerzas Especiales y de la Brigada de Fusileros Paracaidistas del Ejército Mexicano en Culiacán, Sinaloa, con el fin de reforzar el actual despliegue operativo que se mantiene en ese municipio”, informó la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Los militares se suman así a otros 200 miembros que fueron enviados el viernes 26 de julio a esa entidad para garantizar las condiciones en materia de seguridad.
Los militares arribaron al Aeropuerto Internacional de Culiacán en dos aeronaves, una de la Guardia Nacional y otra de la Fuerza Aérea Mexicana, “con el fin de contribuir a inhibir las actividades ilícitas de grupos delictivos con presencia en la citada entidad federativa”.
Además, abundó la Sedena, “para preservar y garantizar la libertad, el orden y la paz pública de los habitantes de esa región del país”.
Señaló que las unidades de Fuerzas Especiales y Fusileros Paracaidistas se caracterizan por su rapidez, movilidad, capacidad de despliegue y reacción que les permite generar y explotar con eficacia productos de inteligencia, contando con gran variedad de armamento, material, equipo, aeronaves y adiestramiento especializado.
Finalmente, aseguró que el personal militar actuará en todo momento “con firmeza, realizando tareas de disuasión, prevención, patrullajes, reconocimientos y estableciendo puestos militares de seguridad que generen un ambiente de tranquilidad en la población”.
La captura del ‘Mayo’ Zambada
La llegada de los miembros se da en el marco de la captura del Mayo Zambada y Guzmán López el jueves cerca de El Paso Texas, en Estados Unidos.
Zambada, quien también tiene cuatro órdenes de arresto en México, afrontará en Estados Unidos cargos por tráficos de diversas drogas, tráfico de armas, lavado de dinero, asesinato y secuestro, mientras que Guzmán López está acusado de tráfico de cocaína, fentanilo, heroína y metanfetaminas.
La captura de Zambada, por quien el Departamento de Justicia ofrecía 15 millones de dólares, también despierta interés porque ocurre a tres meses de que ocurran las elecciones presidenciales en Estados Unidos, donde el tráfico de fentanilo desde México y el poder de los cárteles mexicanos ha sido un tema clave.