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Salud pública: 14 millones de atenciones menos; la privada: 18 millones más

‘La salud no es todo, pero sin ella no hay nada de lo importante’, asegura José Narro Robles, exsecretario de Salud.

Se puede sostener, con evidencia, que la gestión en materia de salud en estos últimos seis años ha sido muy mala y que ha tenido un impacto negativo. (Fotografía. Especial)

El balance sexenal del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en materia de salud sólo reporta “muerte, abandono y retroceso de décadas”, lamentaron expertos del sector.

El exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y exsecretario de Salud José Narro Robles destacó que, como se documentó en la más reciente Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2023, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), “entre 2018 y 2023 las atenciones brindadas por las instituciones públicas de salud disminuyeron en 14.2 millones, en tanto que las otorgadas por las organizaciones del sector privado en clínicas, hospitales y consultorios adyacentes a farmacias aumentaron en 18.3 millones”.

En entrevista con EL FINANCIERO, Narro Robles expuso que “los efectos nocivos de la gestión gubernamental han sido reportados por el INEGI y el Coneval y consisten en la disminución notable de la cobertura real de los servicios de salud”.

La muestra es “con el dato de que la carencia por acceso a los servicios de salud de nuestra población se incrementó, al pasar de 20.1 millones de afectados en 2018 para alcanzar a más de 50 millones en 2022″.


El exfuncionario del sector salud resaltó que “el panorama se ha complicado y la capacidad de respuesta se ha debilitado. La pandemia de covid-19 llegó en el momento en el que los cambios en el sistema, en particular la desaparición del Seguro Popular y su sustitución por el Insabi, empeoraron los efectos de esa enfermedad”.

“La falta de preparación para enfrentarla, las omisiones en su manejo, la ligereza con que se trató el problema, la arrogancia de los funcionarios que desdeñaron la experiencia de los expertos, la improvisación en el manejo del abasto y el desdén de las autoridades respecto del órgano constitucional al que correspondía, el Consejo de Salubridad General, entre otros muchos tuvieron un costo muy elevado, que significó la pérdida de vidas que se pudieron evitar”, criticó.

Subrayó que “los datos del INEGI dan cuenta del registro de cerca de 830 mil defunciones en exceso entre 2020 y 2022. A esa tragedia se debe agregar efectos indeseables en la vacunación, en la esperanza de vida al nacimiento, en la organización de los servicios que se han centralizado de nueva cuenta con la pérdida de la coordinación entre el ámbito estatal y el federal, al igual que en el sistema de abasto que aún no se regulariza”.

“Es verdad que en 2018 las condiciones de salud no eran las mejores. Nuestros indicadores estaban por debajo de los deseables y el sistema de salud tenía numerosas áreas de debilidad; sin embargo, las instituciones respondían a las demandas de la población”, justificó.

Por lo anterior, “se puede sostener, con evidencia, que la gestión en materia de salud en estos últimos seis años ha sido muy mala y que ha tenido un impacto negativo, que se ha reflejado en la pérdida de vidas, en el deterioro de las instituciones y en el retroceso en varios de los indicadores de salud”.

El funcionario durante la administración del presidente Enrique Peña Nieto argumentó que “la importancia de la salud está en dos dimensiones: la personal y la colectiva. La salud no es todo, pero sin ella no hay nada de lo importante. Existe una relación bidireccional entre la salud y la alimentación, la educación, el empleo y el ingreso, la productividad, la actividad física y el bienestar, entre muchos otros elementos”.

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